América Latina y Europa construyen vías de colaboración

Ricardo Monreal Ávila

En julio pasado se llevó a cabo la cumbre de líderes de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Fue una oportunidad para relanzar el diálogo y la cooperación birregional alrededor de una nueva agenda de inversiones sociales, sostenibles y digitales para construir sociedades más prósperas.

Europa es importante para América Latina y el Caribe (ALC) en diferentes ámbitos. Por ejemplo, la inversión del bloque ronda los 800 mil millones de euros, y el comercio se expandió un 40 por ciento durante la última década. Juntos constituyen el 21 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) global, y 27 de 33 países de ALC tienen acuerdos de cooperación con Europa.

La cumbre fue una muestra del acercamiento que ha buscado España con América Latina durante su presidencia rotativa del bloque, más allá de la narrativa de hermandad o identidad cultural. Otro paso fue la definición de la agenda Global Gateway UE-ALC, que pretende movilizar recursos financieros para apoyar proyectos prioritarios en temas de desarrollo sostenible, transformación digital, infraestructuras sanitarias y producción de energía.

Mediante esa iniciativa, hacia 2027 se invertirán 45 mil millones de euros en propuestas que contemplan llevar conectividad a Colombia; la producción de hidrógeno verde en Chile y Uruguay; la movilidad sostenible en San José, Quito, Bogotá, Montevideo y São Paulo; la masificación de la energía renovable en Jamaica, y proyectos de agua y saneamiento para combatir la malnutrición infantil crónica en todo Ecuador, entre otras.

En el caso de México, se informó que la inversión se enfocará en temas de transición energética, bonos verdes y manejo de cuencas. Se pondrá especial énfasis en el Plan Sonora. Para dar seguimiento a las propuestas e iniciativas, hace unos días se reunieron en Santiago de Compostela, por primera vez, los ministros de Finanzas de América Latina y el bloque europeo, con la presencia de directivos del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). En ese foro, nuestro país reiteró estar a favor del crecimiento económico sostenible, resiliente y equilibrado, y que la transición energética se debe ver con una óptica de justicia social y equidad. También demandó el acceso equitativo a recursos financieros para impulsar proyectos que tengan como eje rector el bienestar de las personas.

Los trabajos giraron en torno al tema “Hacia una economía global, verde y digital”, y se dio a conocer que se trataron dos asuntos cruciales: por una parte, empezar a concretar el financiamiento y la operación de las iniciativas definidas en la Global Gateway. El CAF dará acompañamiento en 67 de estas propuestas. También se estableció un sistema de gobernanza para dar seguimiento a los avances.  

El segundo gran componente de la reunión fue la discusión sobre la arquitectura financiera global. Recientemente, diferentes actores del sur global —sobre todo— han cuestionado la capacidad de las instituciones internacionales para promover el desarrollo sostenible de manera eficaz. Ya se discutió sobre ello en múltiples foros, como en la cumbre del Grupo de los 20, en las Naciones Unidas y en las reuniones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, todavía no se observan pasos sustanciales en concreto.

Adicionalmente, Europa señaló que existe la voluntad de avanzar en la negociación de los acuerdos comerciales con América Latina, incluyendo el de México, el de Chile y con Mercosur. Aquí lo importante es que las condiciones beneficien a las dos regiones y no sólo obtener beneficios por los recursos naturales de este hemisferio. Todavía hay algunos puntos por acordar, como la definición de estándares ambientales y climáticos. En este sentido, el bloque apenas dio a conocer el reglamento europeo de deforestación que ya generó inconformidad en 17 países, entre ellos México, por la posibilidad de promover una vuelta al proteccionismo.

Por lo pronto, nos alegra que la relación con Europa aterrice en medidas específicas y considere el bien birregional. Como afirmó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, “se trata de crecer juntos”. Somos socios importantes. En el camino hacia una mayor cooperación seguramente encontraremos desafíos que habrá que encarar de la mejor manera en beneficio de todas las partes.

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