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Segundo Guillén

“Yo no quiero ser extensión del Poder Ejecutivo, yo quiero que seamos un órgano de control constitucional y quiero que honremos a la Constitución y seamos un poder autónomo… no somos comparsa, no somos apéndices”.

Así respondió el Senador Ricardo Monreal a su homónimo César Cravioto en días pasados luego de que este le reclamara la frialdad con la que el gobierno federal trata al Senado producto según sus propias conclusiones, de la falta de “compromiso” de los legisladores de la cámara alta con las decisiones del primer mandatario; y es que en efecto, Monreal tuvo razón al señalar que el poder legislativo no es apéndice de ningún otro poder pues la separación de poderes o división de poderes propuesta por Montesquieu y John Locke, es un principio político en el cual cada uno de estos es autónomo e independiente entre sí, cualidad fundamental que caracteriza a la democracia representativa. 

Pues bien, en Chiapas, parecen no existir, no perfeccionarse positivamente dichas teorías, ¿por qué señalo esto? Porque es de dominio público que aquí el Honorable Congreso del Estado ha sido incapaz de señalar, exigir, exhortar por lo menos en los escaños de oposición o en las comisiones competentes, al poder ejecutivo cuando este incumple con su función de gobernar. Han sido muchos y muy recurrentes los casos en los que Chiapas ha requerido de voces fuertes que muevan la conciencia del gobierno para que restablezca el estado de derecho que inauditamente es pisoteado con frecuencia por pobladores que abusivamente han utilizado el bloqueo de carreteras como letra de cambio para el cumplimiento de sus caprichos personales, voces que observen la omisión de los encargados de la gobernabilidad y los conminen en representación del pueblo a la aplicación irrestricta de la ley para la sana convivencia entre los diferentes sectores, etnias, religiones, etc. y encamine al estado al desarrollo y bienestar tan citado en los discursos de campañas políticas, pues sin estado de derecho, sin certeza jurídica, sin ley, no hay, ni habrá tal desarrollo. 

Los ciudadanos poco podemos hacer, por eso cada tres años votamos por esas voces, “tu voz es mi fuerza” dicen algunos slogans en campaña, “hablare por ti” se promocionan otros. ¿y entonces? a la fecha de publicación de esta columna estimado lector, es probable que llevemos ya casi 30 días con una carretera principal bloqueada, una vía que conecta a dos municipios económica y turísticamente muy fuertes para la entidad, ¿consecuencia de que? ¿endosable a quién? esas no son las preguntas, la pregunta es… ¿porque parece no importarle a nadie? La vía en cuestión es arteria principal de trabajo, de empleos, de productividad, de salud, ¡caray!  de seguridad, incomprensible entonces que la ley no exista ahí, inexplicable que ante tan grotesca omisión no se escuche a ningún tribuno local defender a las mayorías que protestaron representar. 

Es CHIAPAS, es la realidad transexenal que vivimos y que como disfrutamos en la serie alemana -Dark- de la plataforma Netflix, se repite como un ciclo interminable (va a volver a suceder), aquí en este estado tan maravillosamente bendito por su riqueza, en lo político hay diferencia a lo valientemente pronunciado por el Zacatecano Ricardo Monreal, en Chiapas sobran los apéndices del gobierno, incluyendo muchas veces, lo escribo con pesar, a la iniciativa privada.

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