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Si Me Quedo Callado, Voy A Ser Avasallado

Si Me Quedo Callado, Voy A Ser Avasallado

Del INAI Y Cosas Peores

Julio Romaní Cortés

Durante las últimas semanas de este primer mes del año, no sólo son alarmantes las notas sobre el repunte del contagio del Sars Cov2, mejor conocido como Coronavirus. Igualmente, inquietantes, por decir lo menos, son las declaraciones que, desde la cúspide del poder político de la nación, se vertieron a la opinión pública, sobre la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información y Protección de Datos Personales / INAI. No como una propuesta al pueblo sabio para ser discutida, sino como una amenaza para ser llevada a cabo y desparecer a este organismo autónomo. Amenaza, que aun pende del hilo de la voluntad presidencial como espada de Damocles.

Sin duda, en la historia reciente de México actual, el INAI representa unos de los mayores avances en la democratización de nuestro país, y uno de los más importantes logros de los ciudadanos(as) en las últimas décadas. Lograr su creación, costó literalmente, sangre, sudor y lagrimas a las organizaciones de la sociedad civil, y no fue una tarea fácil, dada las resistencias de actores y sectores a los cuales les acomoda mucho más la opacidad.

Desde la autoridad que da el poder presidencial, el presidente, con esta propuesta, parece actuar más por resentimiento que por razonamiento y trata de desvirtuar tanto el quehacer como los resultados de este organismo autónomo, con argumentos tan endebles y faltos a de verdad que son poco dignos de la investidura presidencial. Por ejemplo, señala que el instituto “es costoso, ineficiente, negligente y al servicio del neoliberalismo”, habrá que preguntarse ¿costoso con respecto a qué? Quién califica que sí es costosos y que no es costoso, cuáles son los criterios o la norma para decidir sobre ello.   

Existen tantas interrogantes, sobre el porqué al presidente le incomoda el INAI, que habrá que someter a debate esta propuesta, no solamente ante la entelequia del “pueblo sabio”, sino sobre todo con los sectores sociales organizados, académicos, así como organismos defensores de derechos humanos, que tienen presencia en la vida política de la nación y que desaprueban tal pretensión. 

Antes de tomar una decisión de este calibre, que traería consecuencias fatales para nuestra débil democracia y representaría un grave retroceso en la democratización del país, se debería escuchar los diversos razonamientos de ciudadanos y ciudadanas, que ni son fifís, ni neoliberales, ni corruptos, pero que si están en contra de la desaparición del INAI.

Sin duda el INAI es perfectible, al igual que todas las instituciones de la nación pues difícilmente hay una que escape a errores o ineficiencias. Para muestra, solo habrá que revisar brevemente el sistema de justicia nacional y sus enormes rezagos y no por ello vamos a pedir la desaparición de los tribunales, juzgados y juzgadores.

En la propuesta de desaparecer al INAI, el presidente no toma en cuenta, que ese instituto fue un pilar fundamental para desvelar algunos de los actos de corrupción como la “Estafa Maestra”, “la Casa Blanca”, “Odebrecht” y muchos otros más. Casos que sirvieron para alimentar la narrativa de campaña que allanó el camino que le permito acceder al escaño más alto del poder político nacional, la presidencia de la república.

Diversos actos de corrupción tanto de las administraciones pasadas, así como de la actual, salieron a la luz pública, gracias a diversas investigaciones periodísticas y denuncias ciudadanas, que pusieron el dedo en la llaga de este flagelo, y para lo cual los datos y la información solicitada a diversas dependencias del gobierno a través del INAI fue crucial.

Es paradójico, que a escasos dos meses de que el Senado de la República, ratificó el acuerdo regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, mejor conocido como “Acuerdo de Escazú”, originado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20) para fortalecer sus instituciones y mecanismos de transparencia en el acceso a la información pública en materia ambiental; y que comparte principios que dan sustento al quehacer del INAI, hoy día el Senado de la Republica le tocará ser el fiel de la balanza, para decidir sobre la pretensión presidencial de desaparecer este instituto, que por ahora está protegido en su autonomía por nuestra Constitución, esperamos que el Senado se comporte realmente como un poder de contrapeso, y no permita semejante barbaridad regresiva.

Es una gran hipocresía, pretender dar asilo político el Sr. Julián Assange, un icono mundial de la libertad de expresión, quien a través de su página de Wikeleags dio a conocer información a la opinión pública mundial, que de otra forma habría quedado en los anales de la opacidad; cuando por otro lado, quien le ofrece el asilo, pretende desaparecer un instituto como el INAI que justamente representa el libre acceso a la información por parte de cualquier ciudadano que así lo solicité para ejercer entre otras cosas el derecho a la información. Cosa que el Sr. Assange, entiende muy bien y que actualmente lo mantiene perseguido y prisionero.

Mis queridos lectores, para concluir esta colaboración, quiero traer a colación el poema de Martin Niemöller para ilustrar porque los ciudadanos no podemos quedarnos callados ante la pretensión presidencial de desaparecer el INAI.

Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada.

Porque yo no era socialista.

Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada,?porque yo no era sindicalista.

Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada,

porque yo no era judío.

Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí.

Primero vino por los fideicomisos y no dije nada, ahora que va por el INAI, no me quiero quedar callado.

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