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¿Un latifundista representará a Morena?

Letras Desnudas

Mario Caballero

 

¿Un latifundista representará a Morena?

En la política, como en la vida misma, ser congruente lo es todo. El cambiar de escenario no significa cambiar la realidad. Que un político salte de un partido a otro partido, no borra su conducta pasada. El ex priista que robó y enriqueció ilegalmente, al pasarse a Morena será el mismo ex priista que robó y enriqueció ilegalmente. Cambiar de colores y de siglas al final es lo que menos importa. Un pillo siempre será un pillo.

Esto viene en respuesta a la intención del ex priista Jorge Constantino kanter de representar a los morenistas como su candidato a la presidencia municipal de Comitán. Porque el hecho de que ahora esté en Morena no hace creíble su manifestación de que encabezará las causas sociales de los campesinos y de los indígenas, menos todavía cuando desde hace muchos años él ha sido un explotador de los trabajadores del campo y uno de los represores más violentos de los indígenas de Chiapas. ¿Puede notar la incongruencia?

En la actualidad, Morena es más que cualquier partido político. No sólo porque sea el partido en el poder, sino porque se convirtió en el motor de la esperanza, logrando el milagro de devolverle a la gente las ganas de creer en la política.

Sin embargo, su insistencia por respaldar a políticos que nunca comulgaron con su causa y movimiento le ha restado puntos en el apoyo popular. Muestra de ello es Carlos Morales Vázquez, quien por corrupto e incompetente ha recibido el repudio de la sociedad. Asimismo, puso en tela de juicio la legitimidad del partido y en riesgo de que Morena pierda el gobierno de la capital del estado.

Correría los mismos riesgos al otorgarle la candidatura a Jorge Constantino Kanter. Para empezar, la conducta pública de este personaje va en sentido contrario a los postulados del partido y de la Cuarta Transformación: no mentir, no robar, no traicionar. Para acabar, ¿qué hizo por Morena este sujeto para creer que merece ser su candidato? ¿Ha trabajado acaso en el fortalecimiento de la estructura? ¿Ha arrastrado el caite así como lo han hecho las auténticas bases del morenismo chiapaneco? En ninguna manera.

 

“EN CHIAPAS VALE MÁS UN POLLO…”

Dudo que alguien del electorado se entusiasme con el proyecto de Jorge Constantino. Bajo ningún punto de vista podría decirse que se trata del aspirante idóneo para alcanzar los votos suficientes para retener la alcaldía comiteca para Morena, sobre todo después del reprobable desempeño de Emmanuel Cordero Sánchez, quien no le llega ni a los talones a Constantino en corrupción, despotismo, riqueza y rapacidad.

Originario del municipio de Altamirano, es un prominente ganadero, dueño de importantes latifundios, que de sombrero vaquero, botas y caballo dio sus primeros pasos en la política en 1994 liderando operativos contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

De ahí que a Constantino lo conozcan en la zona zapatista como represor. Fue el hombre visible de los ganaderos y terratenientes que mantenía relación directa con los paramilitares en la zona de conflicto y pugnó siempre por que el Ejército desalojara a los zapatistas de los municipios de Altamirano, Ocosingo y Las Margaritas.

Persiguió, desalojó e instauró operativos violentos contra miles de indígenas que luchaban legítimamente por la eliminación del caciquismo y la restitución de la posesión de las tierras a las clases campesinas.

Por tanto, al haber sido ejecutor de innumerables violaciones a los derechos humanos, ¿cómo es posible que hoy se presente como defensor de los indígenas y campesinos si él se enriqueció combatiéndolos? Hizo de ello un botín político y económico. Como líder de los latifundistas, pidió que le pagaran los ranchos y las expropiaciones.

También se lanzó contra la diócesis de San Cristóbal de las Casas y exigió la expulsión de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul, quienes desde 1976 atendían el pequeño hospital de San Carlos en Altamirano.

En esa época, Jorge Constantino acuñó la frase “en Chiapas vale más un pollo que un indio”, que dijo ante decenas de periodistas.

A partir de entonces fue tomando fuerza su carrera política. Años antes, de 1990 a 1992, había sido presidente de la Asociación Municipal de Propietarios Rurales de Altamirano, y posteriormente presidente municipal de Comitán de Domínguez (2005-2007), puesto que logró de la mano del exgobernador Roberto Albores Guillén.

Entre Jorge Constantino y el exgobernador hay una larga historia de complicidades. Cuando Albores Guillén asumió la gubernatura, una de sus primeras acciones fue embestir a los municipios autónomos zapatistas, especialmente Ricardo Flores Magón y San Juan, y su brazo ejecutor fue Constantino Kanter.

En la elección de 2006, Jorge Constantino fue parte del grupo político de Albores Guillén, con quien promovió entre los propios priistas a Juan Sabines Guerrero como candidato al Gobierno del Estado, incluso cuando éste era abanderado por la coalición encabezada por el PRD. Es decir, operó políticamente contra el candidato de su propio partido.

Aunque hoy afirma que no tiene nada que ver con los Albores, pues encontró un nuevo dueño al arranque de la actual administración, lo cierto es que de esa relación cosechó muy buenos frutos, tanto políticos como en dinero. Y fue una relación muy cercana, tanto que en la elección de 2012 Kanter fue compañero de fórmula de Roberto Albores Gleason, hijo del exgobernador.

Como alcalde de Comitán dejó mucho que desear. Aparte de los señalamientos de desvío de recursos públicos, corrupción y despotismo, Jorge Constantino fue requerido por el Congreso del Estado para que aclarara las irregularidades de la aplicación de más de 17 millones de pesos en el ejercicio 2007. Incluso, se habló de que sería sometido a Juicio Político, pero Roberto Albores Guillén lo liberó de que le aplicaran la ley.

Así, 15 días antes de terminar su gestión, Juan Sabines lo nombró subsecretario de Comercialización de la Secretaría del Campo, donde también fue señalado de diversos actos de corrupción. Esto ocasionó una ola de protestas contra su nombramiento de parte del pueblo comiteco, que exigía que regresara a la alcaldía y terminara las obras que había dejado inconclusas. Pero lo protegieron.

En 2012 fue nombrado titular de la delegación en Chiapas de la Profepa, y la omisión que más le fue reclamada fue no pedirle a Veolia una rendición de cuentas ante la contaminación generada en Tuxtla debido al mal manejo del relleno sanitario.

Tras la humillante derrota de Albores Gleason en los comicios de 2018, Jorge Constantino abandonó al PRI y se refugió en el partido Chiapas Unido, al cual dejó por no considerarlo una opción atractiva a sus intereses y se fue a Morena. Situación que nos revela su falta de ideología y oportunismo.

 

¿CUÁL SERÁ LA APUESTA?

Dicho esto, ¿cuál será la apuesta de los líderes de Morena? ¿Permitirán que un ex priista, un latifundista represor de zapatistas, dueño de una descomunal riqueza de orígenes inciertos, que nada ha hecho por el partido y cuyo historial se contrapone a los principios de la Cuarta Transformación sea quien los represente? Porque más allá de su negro desempeño, Jorge Constantino Kanter ha demostrado ya que no le importa el partido que sea, sino llegar al poder por el poder mismo.

 

yomariocaballero@gmail.com

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