Casas habitacionales en pésimo estado ubicadas en los límites de Chiapa de Corzo y Berriozábal
José Salazar / Diario de Chiapas
Miles de personas que trabajan en Tuxtla Gutiérrez se mudaron a los límites de la ciudad como Chiapa de Corzo y Berriozábal, por el sueño de un patrimonio que parece no cumplir con las expectativas generadas por las propias constructoras.
Considerados como los súper desarrollos habitacionales, darían la oportunidad a miles de trabajadores para tener su propia casa, ante los precios exorbitantes de propiedades y alquileres que en la capital: el costo de una casa supera el millón de pesos, y una renta mínima es de 3 mil pesos.
Los ofrecimientos en estos fraccionamientos, como una zona comercial, servicios de agua, luz, pavimentación, recolección de basura, espacios designados como áreas verdes, escuelas, hospitales, funcionan como gancho para que la gente se haga de una propiedad, pero la realidad es que no son funcionales.
Estos lugares fueron creados en 2011 por las inmobiliarias Casas Premin, Grupo Roma, Casas Geo; y surgieron lo que ahora son conocidas como “ciudades dormitorios”, por ejemplo: Jardines del Grijalva, Real del Bosque, Casas Geo, Ciudad Maya, La Gloria.
Son casas de uno y dos cuartos, otras de dos pisos, con precios de 180 mil, 220 mil, 320 mil y 440 mil pesos. Pero este valor con el tiempo y la demanda, fueron incrementado.
Miles de trabajadores se dejaron atrapar por estos sistemas de vivienda que, si bien no fue una mala opción, factores como la lenta municipalización, han dejado a esta población que vive ahí solo por las tardes y los fines de semana, en la zozobra.
Estas ciudades alejadas han sido escenario asesinatos o tiradero de cuerpos de personas que desaparecen en Tuxtla o sus alrededores. Quienes viven ahí, han sido víctimas de robo, de la inseguridad, las patrullas llegan tarde, tienen un servicio de agua de mala calidad, y siguen esperando con ilusión y esperanza con la que llegaron hace más de diez años, a que solucionen estos problemas.
