A. Marroquín / Diario de Chiapas
La crisis económica y la falta de empleo en Tuxtla Gutiérrez, empieza a ser un factor de migración de chiapanecos y chiapanecas.
En la entidad el 64.4 por ciento de la población percibe un ingreso laboral inferior al costo total de la canasta básica, la cual al finalizar 2020 llegó hasta los mil 634 pesos. Aunado a ello, también se encuentra la informalidad laboral, en donde Chiapas se mantiene en el tercer lugar con mayor tasa de informalidad con un 76.4 de su Población Económicamente Activa (PEA).
La crisis económica y la falta de empleos formales, han orillado a miles de personas a buscar nuevas alternativas para subsistir, algunos con profesiones han tenido que buscar trabajos asalariados y sin ninguna protección social, otros más ven como opción emigrar a los Estados Unidos.
Como es la situación de Eleazar Palomeque Hernández, quien desde hace ocho es chofer de un taxi, pero debido a la difícil situación económica no descarta regresar a trabajar de jornalero en el país del norte, pues en Chiapas no hay oportunidades laborales ni condiciones dignas, lamenta.
“Tiene uno que entrarle porque está mal pagado, pero ni modo no queda de otra… antes trabajaba en los Estados Unidos y como vine aquí y no hay trabajo, tuve que trabajar lo propio. Tuve problemas, pero ya voy a volver a regresar”.
Los problemas económicos se presentaban desde antes de la pandemia, sin embargo, a casi un año desde que está inició, la ola el desempleo, reducción de sueldos, poca movilidad y otros factores, han hecho que los trabajadores del transporte público se truenen los dedos y busquen otras formas de sustento, que no siempre resultan ser mejores.
“Bajísimo el trabajo, bajó como 60 por ciento… se van de aquí y vuelven a regresar por lo mismo de que no hay trabajo, en otro lado no hay, por eso regresan”.
De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), durante el 2020, los habitantes del estado Chiapas fueron los mexicanos que menos acceso tuvieron para adquirir productos de la canasta básica, por mostrarse una disminución en el poder adquisitivo del ingreso laboral real.
