Marco Alvarado/ Diario de Chiapas
Aunque hay avances en la prevención y castigo de la violencia conyugal y violaciones, la trata, como forma grave de violencia contra las mujeres y niñas, no recibe la misma atención por parte de las autoridades, como evidenció el último estudio que presentó la Comisión Especial de Feminicidios del Congreso Mexicano.
De acuerdo con Lidia Xóchilt Archila, integrante del Observatorio de la Violencia Social y de Género del Estado de Chiapas, esta forma grave de violencia ocurre con la complicidad de autoridades y sectores empresariales, como se ha visto en las regiones fronterizas del país.
Según el estudio presentado, más de mil 200 niñas y mujeres fueron asesinadas en 2004, y en el 2019 la cifra superó las dos mil defunciones, lo que demuestra cómo escaló la violencia, y muchas de las víctimas eran víctimas de trata.
Refirió que esto solo muestra el grado de violencia que hay en el país, porque las niñas y las mujeres asesinadas tenían distintas edades, pertenecían a todas las clases sociales y estratos socioeconómicos, aunque la mayoría eran pobres o marginales.
Este contexto demanda acciones contundentes, destacó, ya que siete de cada 10 mujeres han sufrido por lo menos alguna forma o modalidad de violencia, en el último año, y con estas cifras, se estima que cada cuatro minutos una mujer es violada en nuestro país.
Puntualizó que la violencia es un mecanismo para mantener la autoridad de los hombres, reforzando las normas patriarcales vigentes y, en consecuencia, para rastrear los factores que convergen con ella, hay que pensar en un contexto social amplio como el de las relaciones de poder.
Señaló que si bien el concepto de violencia contra las mujeres tiene ya varias décadas, el de feminicidio es más reciente, el cual debe ser comprendido en el contexto más amplio de las relaciones de dominio y control masculino sobre las mujeres, relaciones naturalizadas en la cultura patriarcal, en sus múltiples mecanismos de violentar, silenciar y permitir su impunidad. Y así como la sociedad disculpa; quienes interpretan las leyes, también disculpan.
