M de R/ Diario de Chiapas
El presidente de Tuxtla Gutiérrez, Carlos Morales Vázquez, hace caravana con sombrero ajeno, y lo peor es que se exhibe.
En la cuenta oficial de Facebook del Ayuntamiento capitalino, se promueve un videoclip donde el munícipe anuncia un aumento salarial general del tres por ciento.
Aunque bien actuado, porque en el video todos los participantes cuentan con careta y cubreboca, lo cual no sucede en las actividades diarias del Ayuntamiento; el edil miente al afirmar que la gestión del incremento es resultado de sus gestiones, cuando en realidad sólo está cumpliendo con una obligación legal, normada por los acuerdos sindicales.
Y aunque promete la homologación salarial de 342 plazas, de lo que no habla es que incluso el aumento salarial, que anuncia con bombo y platillo “porque será retroactivo al mes de enero”, lo entrega fuera de los tiempos estipulados, ya que de haber querido cumplir con la ley, esto habría ocurrido en la segunda quincena del mes de julio, y no como sucede ahora, que se verá reflejado en la primera quincena de septiembre.
En teoría, el incremento salarial corresponde al porcentaje de inflación en el país, pero actualmente los ayuntamientos lo están otorgando a libre criterio, y el de Tuxtla Gutiérrez no es la excepción.
Así que pese a cumplir con lo ordenado por la ley, Carlos Morales no está haciendo ningún favor o movimiento “sorprendente” para darle a los trabajadores lo que corresponde, es más, como lo señalan análisis económicos recientes, cuando este dinero llegue a las cuentas, valdrá mucho menos que hace ocho meses.
De hecho, actualmente la pérdida del poder adquisitivo es del 75 por ciento, y sus efectos quedaron claros para los empleados, que durante las semanas críticas de la pandemia, no recibieron ningún incentivo monetario para hacer frente a la dura realidad de comprar alimentos, productos de limpieza, y en el peor de los casos medicamentos o el pago de hospitalización.
