Edgar Omar Ruiz/ Ocozocoautla
La alfarería es uno de los oficios con mayor arraigo en la comunidad de Ocuilapa, un sitio que, por tradición, anualmente recibía a miles de personas por la celebración de la Virgen de la Asunción, sin embargo, por segundo año consecutivo esto no fue posible.
La suspensión de las actividades masivas por la pandemia de COVID-19 ha sido un tema preocupante para quienes se dedican a la alfarería, pues veían esta feria como un aliciente principal para vender sus productos, pero sobre todo para adquirir nuevos clientes, que al final de cuentas le daban trabajo para todo el año.
Y es que la tradicional fiesta en honor a la Virgen de la Asunción, daba una reactivación a la economía de los pobladores de Ocuilapa, quienes nuevamente vieron frustrados los negocios ante la pandemia.
Aun así, este 10 de agosto las actividades en honor a la Virgen no pasaron desapercibidas, pero fue muy local, con pocos visitantes, nada comparado con los años previos a la pandemia.
Sin embargo, los alfareros se alistaron, volvieron a exhibir sus productos, pues esperaban el rescate de algunas ventas con las pocas personas que pudieran visitarlos, y es que han sido dos años muy complicados para su sector.
La mayoría de sus productos la exhiben en Tuxtla Gutiérrez, pero a partir de la pandemia, han buscado irse a otros sitios turísticos fuera de la entidad, pues quieren tener el sustento suficiente para el hogar y por ello utilizan diversas estrategias para vender.
En lo que respecta al festejo de este año, la iglesia lució con poca presencia de fieles y es que los mismos pobladores de la comunidad se sienten temerosos de que el COVID siga causando estragos, toda vez que se sabe que hay personas de dicha zona que han fallecido a causa de este virus.
Mientras que la Iglesia Católica informó que la figura de la Virgen de la Asunción regresará a la ciudad nuevamente en una camioneta, tal y como lo hizo a su llegada a la comunidad, pues se quiere evitar cualquier acto masivo, además de que los festejos serán muy limitados, exhortando a los creyentes a seguir las actividades en redes preferentemente, y no de manera presencial.
