José Cancino/ Diario de Chiapas
En penumbras y sin pavimentar se encuentran varias calles y avenidas de la cabecera municipal, donde también predominan cantinas clandestinas que no son clausuradas pese a no contar con los permisos correspondientes y operar en horarios fuera de reglamento.
Cacahoatán se ha convertido desde la administración del alcalde Julio Calderón Sen en un sitio inseguro en el que la falta de alumbrado público y la escasez de obra salen a relucir y ponen en riesgo a sus habitantes.
José López, uno de los tantos afectados por la falta de luminarias en la 17° calle Oriente, señaló que desde el año pasado se han quedado a oscuras y apenas pueden iluminar algunos sectores de la calle con la de sus viviendas.
“Aquí había una lámpara, justo en la esquina, pero se fundió y nunca hicieron el cambio de lámpara, así que en la noche esto está a oscuras, además que por la calle se complica transitar debido a que no está pavimentada”, señaló.
La misma situación se repite en varias calles del sur y norte de este municipio, donde incluso los matorrales han crecido y algunas viviendas están deshabitadas, lo que convierte a este lugar en un foco rojo de inseguridad para sus habitantes, que están a merced de delincuentes.
Las calles lucen desoladas y en muchas partes de Cacahoatán se ha pedido la intervención de obras públicas y el propio alcalde para conectar alumbrado público y colocar algún tipo de concreto, ya que en temporada de lluvia todo se convierte en un lodazal.
Pasadas las 19:00 horas, varias arterias viales lucen desoladas ante el temor de sufrir un asalto o, en el caso de las mujeres, ser víctimas de sujetos en estado de ebriedad o el efecto de alguna droga.
