M de R/ El Parral
El excandidato del Partido Chiapas Unido a la presidencia municipal de El Parral, Albert Molina Espinoza, podría ser detenido en cualquier momento luego de que el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) dio a conocer a la Fiscalía General del Estado (FGE), que Molina Espinoza encabezó quema de casillas y otros desmanes que ocasionaron la cancelación de la jornada electoral del 6 de junio.
De acuerdo con imágenes, todo apunta que el médico y expresidente municipal de El Parral, Albert Molina, quien dejó al Ayuntamiento con deudas, irregularidades en el ejercicio de los recursos públicos y muchos pendientes más que están siendo investigados, encabezó las revueltas en su afán de reelegirse y retomar el poder en la localidad.
Cabe señalar que Albert Molina, mejor conocido como “El Charrito”, se empoderó en la política con el exgobernador Manuel Velasco Coello y el exlíder estatal del Partido Verde Ecologista de México, Fernando Castellanos Cal y Mayor. Fue entonces cuando se hizo de lo que hoy tiene: ranchos, autobuses, taxis piratas, entre otras muchas propiedades, con recursos “sospechosos”.
Durante su trayectoria política, se ha visto envuelto en escándalos al enfrentarse con grupos rivales, en los que su hermano asesinó a un simpatizante de una candidata cuya muerte sigue impune. A partir de ahí, empezó a rodearse de personas de baja calaña y armadas, asimismo aumentó su ambición de poder, cuya violencia lo demostró el día de las elecciones.
En este trance, alguien le dice que puede reelegirse, que la gente lo quiere y que los políticos de la alta esfera lo respaldan, por lo que no lo pensó dos veces. A la mano se encontró a Conrado Cifuentes, dirigentes de Chiapas Unido, para buscar padrinazgos. Sin embargo, le fue mal en su intención que hasta encabezó quemas de urnas y cometió otros delitos.
Después de que fue el causante de que las elecciones en El Parral se cancelaran, ahora intentó conformar un Concejo municipal con su prima, su chofer y su empleada doméstica, sin embargo, su coraje fue mayor porque su planilla no quedó, salvo su prima que sí fue incluida en el actual Concejo Municipal.
En este lapso, en su condición de alcalde, amenazó a los trabajadores del Ayuntamiento con no pagarles su quincena sino boicoteaban y despotricaban contra el actual Concejo Municipal, por lo que continúa protagonizando desmanes con su frustrada reelección y su enferma ambición de poder.
