Itzel Grajales / Diario de Chiapas
Familiares, amigos y compañeros, despidieron a Hernán González Galdámez, en medio de un merecido reconocimiento por haber dado su vida al servicio de la población de Tapachula, Chiapas, al sur de México.
La tarde del 28 de junio de este año, Hernán, de 22 años de edad, intentaba rescatar el cuerpo sin vida de una persona, cuando fue arrastrando por la corriente del río Coatán, que en esta temporada de lluvias incrementó aceleradamente su nivel y fuerza.
Se dijo que el lazo que lo sostenía se rompió. Lo cierto es que fueron horas de búsqueda hasta que lo hallaron sin signos vitales la mañana siguiente, cerca del bulevar Akishino de Tapachula.
Ese mismo viernes fue velado en su casa, en el Fraccionamiento Framboyanes, donde vivía con sus padres Hernán y Rosa Idalia. Nadie podía creer lo que ocurrió con el joven a quien recordaban por su carácter alegre y su espíritu de servicio. Fue una funeral modesto, emotivo e íntimo, en su hogar.
Al día siguiente, el sábado, su cuerpo fue llevado a la iglesia de su colonia, donde se ofició una misa de cuerpo presente; y después en un cortejo, hacia la estación de bomberos de la ciudad.
Durante el cortejo sonaban las sirenas, y la ciudadanía aplaudía a su paso. Despedían a un grande. A un joven como pocos, valiente y ejemplar.
Después fue trasladado hacia la base del grupo de Servicios Auxiliares de Emergencia (SAE), donde prestó sus primeros servicios como voluntario, desde que tenía 17 años.
Ahí se hizo su pase de lista y el llamado simbólico a lo que sería su último rescate antes de partir a su última morada: el panteón Prados del Descanso.
—Hernán González Galdámez
—¡Presente!
—Hernán González Galdámez
—¡Presente!
Sus compañeros recordaron al bombero R-08, a ‘Cochiloco’, como cariñosamente lo llamaban. Le ofrecieron un minuto de silencio y luego aplausos que parecían no terminar, para honrar su memoria.
Y es que Hernán soñaba con ser rescatista. Hace poco más de un año fue nombrado oficialmente como elemento del Heroico Cuerpo de Bomberos de Tapachula. Tenía un sueño y lo cumplió.
Vivió una vida corta pero memorable, se convirtió en un héroe para Tapachula, y en un ángel para su familia.
Descansa en Paz, Hernán González, R-08
