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Permanece bloqueada la Presidencia de Altamirano; feligreses de San Cristóbal salieron a las calles para pedir un alto a la violencia

Soydi Rodríguez/ Janet Hernández / Corresponsales Diario de Chiapas
A más de tres meses de la toma del Palacio Municipal de Altamirano por un grupo de ejidatarios y residentes de las comunidades y barrios locales, un grupo de pobladores anunció que no permitirá el retorno del Concejo Municipal.
Denunciaron el incumplimiento de acuerdos por parte de las autoridades estatales, destacando la falta de respuesta del delegado de gobierno de Ocosingo y Altamirano, así como la ausencia de soluciones por parte del congreso estatal y la auditoría superior, a pesar de varias reuniones.
Durante una manifestación, señalaron el regreso de miembros del movimiento 14 de Agosto después de que levantaron el bloqueo, generando inseguridad con detonaciones nocturnas y la presencia de grupos cuya afiliación al movimiento o a un nuevo grupo criminal es desconocida. Culparon a Gabriel Montoya Oseguera de difundir información falsa y de intimidar a la población.
Martín, habitante del barrio El Arenal, afirmó que la inseguridad actual contrasta con la situación en 2018. Destacó que desde julio de 2021, la inseguridad aumentó con la llegada del síndico Gabriel Montoya Oseguera, quien buscó el cargo de presidente municipal mediante violencia, incendios y secuestros para forzar la renuncia de la ganadora del partido verde. Desde entonces, han enfrentado intimidaciones y amenazas por parte del síndico, quien abusa de su poder para silenciar a opositores.
A más de 90 días de la toma del Palacio Municipal, los pobladores insisten en que no levantarán el bloqueo hasta obtener resultados favorables de la auditoría superior, el congreso estatal y el gobierno. Amenazan con intensificar el bloqueo, incluso tapando las salidas de la ciudad, si sus demandas no se cumplen.

PEREGRINACIÓN POR LA PAZ
Más de 200 feligreses de la Diócesis de San Cristóbal realizaron una peregrinación por las principales calles de Altamirano, buscando la paz en el municipio afectado por tensiones políticas entre ejidatarios y el Concejo Municipal.
La procesión comenzó en el barrio del Campo, en la zona sur de Altamirano, y avanzó por la calle Ubilio García hasta llegar a la Iglesia donde se venera la imagen de San Carlos. Durante la caminata, los feligreses llevaron la imagen, lanzaron cohetes y tocaron instrumentos de carrizo en un acto pacífico.
Los participantes, pertenecientes a la Diócesis de San Cristóbal, realizaron esta peregrinación con la única solicitud al todopoderoso de que los habitantes y visitantes puedan transitar libremente y con seguridad en Altamirano.
Además, hicieron un llamado a los dos grupos en conflicto para que resuelvan sus disputas de manera pacífica, evitando enfrentamientos que perjudiquen principalmente a las personas inocentes

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