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Damián sí murió ahogado: abogada de los maestros de Piguin & Babe

• Se cae la versión de la FGE que argumentaba que el niño de tres años de edad murió por broncoaspiración

Itzel Grajales / Diario de Chiapas

El niño Damián Estrada Moreno se ahogó en la alberca de la escuela Piguin & Babe, ubicada al Norte Poniente de Tuxtla Gutiérrez. Su cuerpo flotaba cuando lo encontraron, confirmó Laura Méndez, abogada de los maestros Francia Álvarez Gutiérrez y Juan Alberto Zavala Martínez quienes el día de la tragedia atendían unos 50 menores de edad, en condiciones de riesgo.

“En el caso de Juan, él estaba en clases con sus niños cuando de repente se le ocurre ir al baño; sale al patio, ve juguetes tirados al lado de la alberca y al niño adentro de la alberca. Lo saca, le empieza a dar primeros auxilios para reanimarlo (…). Estaba el niño flotando”, afirmó en una entrevista para Diario de Chiapas.

Se tumba la versión de la FGE

La declaración de los maestros tumba la versión de la Fiscalía General del Estado (FGE) que sostiene que el niño Damián Estrada murió por broncoaspiración, por ingesta de alimentos; y confirma lo dicho por los familiares del pequeño: hubo negligencia de los directivos de la institución y de las autoridades.

José de Jesús Patrinos Burguete y Brunett Estrada Solís son esposos y dueños del colegio; el 07 de febrero, día de la tragedia, el primero no asistió a la escuela “porque estaba mal del estómago”; y la segunda sí llegó, pero salió en dos ocasiones para hacer “mandados”, dejando a unos 50 niños y niñas a cargo de dos personas: Francia Álvarez y Juan Zavala.

Francia y Juan no eran docentes, su perfil profesional no es educativo: son fisioterapeutas, que aceptaban realizar todo tipo de actividades en Piguin & Babe “por necesidad”; explicó la abogada. Atendían a menores de edad con capacidades diferentes, los alimentaban y jugaban con ellos en una escuela que no contaba ni siquiera con salidas de emergencia.

¿Qué pasó el día de la tragedia?

Ese día, la señora encargada de la limpieza y de la preparación de alimentos, faltó. Entonces Brunett Ortega encargó a Juan y a Francia hacer compras, preparar la comida y alimentar a los niños y niñas, al mismo tiempo que debían seguir al cuidado de al menos seis grupos: entre maternal, preescolar y primaria.

Después de sus “mandados”, Brunett Ortega regresó a la escuela, pero en lugar de atender a sus alumnos, se metió a la cocina a preparar su desayuno, mientras Francia, por instrucciones de ella, lavaba los trastes; entonces escucharon los gritos: una niña de primaria llegó hasta ellas para decirles que un niño estaba en la alberca.

Ahí, en el patio, encontraron a Juan Zavala tratando de reanimar al pequeño, e intentaron llamar al 911; al no tener éxito, lo llevaron a la Clínica San Miguel, pero ya sin signos vitales. A esa clínica llegó Amparo Moreno, mamá de Damián y el abuelo de éste, don Rigoberto, para recibir el cuerpecito aún escurriendo, al tiempo que Brunett les decía, histérica, que el niño se había caído a la alberca.

Juan Zavala regresó a la escuela horas después. En el lugar estaban reunidos Brunett Ortega y José de Jesús Patrinos con Rafael Valora, un servidor público de la FGE que les aconsejó “esperar el resultado de la necropsia”; ahí llamaron a Ronay N., un señor encargado del mantenimiento, al que luego los dueños ordenaron vaciar la alberca.

Al escuchar, Francia y Juan, las intenciones de sus jefes, tomaron varias fotografías de la alberca, donde se puede constatar que sí contenía agua, imágenes que obran en las declaraciones que intentaron rendir ante la FGE, pero que les fue rechazada en varias ocasiones.

Les aconsejaron huir

Patrinos Burguete, quien fue detenido hace unos días por este homicidio, recomendó a los maestros “huir y desaparecer”; sin embargo, decidieron no hacerlo, porque consideran que no son culpables de lo sucedido. Ahora concluyen que, de esta manera, buscaban dejarlos en mal e inculparlos.

“Desde el inicio fuimos y nos presentamos; esperamos a que nos llamaran; como no lo hicieron, el 15 de febrero llevamos nuestra declaración por escrito, pero no quisieron recibirla por orden del subdirector de la FGE, Francis Ochoa Clemente”.

Los responsables de la muerte de Damián, enfatizó la abogada, son Brunett Ortega Solís y José de Jesús Patrinos Burguete, así como la Secretaría de Educación del estado y la Secretaría de Protección Civil por permitir el funcionamiento de escuelas inseguras para los menores de edad.

“¿A quién protegen?, se supone que son la institución encargada de defender a la sociedad, ¿protegen a los dueños de la escuela o a las instituciones que debieron ver que la guardería cumpliera con las medidas de seguridad? Más si se trata de niños con características especiales”, cuestionó la abogada a la FGE.

Laura Méndez responsabilizó a la FGE de cualquier agresión que pudiera sufrir, dado que ha recibido amenazas por defender a los maestros: “tengo miedo de que me vaya a pasar algo; al señor de la alberca Ronay lo atropellaron y falleció. Nosotras como abogadas corremos un riesgo, y lo único que hace la Fiscalía es culpar a los más pobres”.

El pasado lunes, por instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador, los padres de Damián se reunieron con Rosa Icela Rodríguez Velázquez, quien se comprometió a apoyarlos jurídicamente para esclarecer los hechos y castigar a los responsables.

Esto, 40 días después de la tragedia. En este periodo, la FGE no había dado ningún avance sobre las investigaciones, excepto la detención —previa a la visita del presidente a Tuxtla Gutiérrez—, de José de Jesús Patrinos Burguete por homicidio culposo, delito por el que podría alcanzar la libertad, a través de un amparo.

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