- Políticas endurecidas en EUA, combinadas con nulos trabajos consulares, abren las puertas a más “coyotes”
José Cancino / Corresponsal Diario de Chiapas
Tapachula, Chiapas.- Consulados y embajadas han dejado en el desamparo a miles de migrantes que están en tránsito por México, ya que debido a la temporada de fin de año, han cancelado servicios y señalado que reanudan hasta enero próximo.
Esta situación deja aún más vulnerables a los migrantes antes delincuentes que operan para traficar personas hacia Estados Unidos, aunque muchas veces no se logra el cometido.
De acuerdo con el analista Armando Guzmán, ahora los migrantes ya no recurren a los “coyotes” y contratan a delincuentes que tienen el control.
Esta situación que obedece a las políticas migratorias que ha adoptado el gobierno estadounidense, sobre todo con el fin del título 42, el cual fue impulsado por el ex presidente Donald Trump, provocó el rechazo de la comunidad migrante y para muestra las políticas migratorias en Texas, donde el operativo Lone Star, que puso en marcha el gobernador Greg Abbott, se basa en un discurso xenófobo que asocia a los migrantes con la delincuencia y la inseguridad.
Pese al esfuerzo implementando por el Instituto Nacional de Migración (INM), la llegada de migrantes continúa y siguen quedando a la deriva ante la saturación que existe.
El 12 de octubre de 2022, Joe Biden anunció la entrada en vigor de un nuevo proceso de control migratorio, destinado a reducir la presión de la migración irregular de venezolanos en la frontera suroeste de los Estados Unidos, lo que ha provocado una oleada no solo de venezolanos, sino de habitantes de diversos países de Centroamérica, África y del Caribe, quienes llegan a través de territorio mexicano, provocando caos en todos los sectores.
Sin embargo, en el caso de México, muchas ciudades como Tapachula, Tamaulipas, Tijuana y Piedras Negras, solo por mencionar algunas, se convirtieron en ciudades receptoras de migrantes. En estos sitios, las cantidades fueron exorbitantes a tal grado que los servicios y fuentes de empleo colapsaron y ya no están dispuestos a atender a la comunidad internacional.
Por ello, el llamado es enérgico a los gobiernos para que adopten políticas públicas y económicas que permitan mejorar las condiciones sociales, económicas y culturales de sus ciudadanos para evitar el éxodo.
