Marco Alvarado/ Diario de Chiapas
El ataque armado de un niño de 11 años en el Colegio Cervantes, de Torreón Coahuila, revela hasta qué punto estamos viendo la desintegración de las familias y el entorno violento en el que viven miles de niños en México, opinó el arzobispo Fabio Martínez Castilla.
“Donde hay un niño violento es que hay una familia dividida”, considero el clérigo al reflexionar sobre lo que ocurrió en esta escuela, donde el menor se suicidó luego de matar a su maestra y dejar heridos a seis compañeros.
“Volvamos la mirada a nuestras familias, atendamos las situaciones que lastiman a los menores y fortalezcamos la comunicación y formación en valores”, pidió el arzobispo este domingo, al término del servicio religioso que encabezó en la Catedral de San Marcos.
Opinó también que revisar las mochilas solo es una medida, más no la solución al problema “porque todos tenemos que poner de nuestra parte; instituciones, escuelas, padres y madres, atender las causas que están fragmentado a las familias y ocuparnos de solucionar estos problemas, y que cada uno haga lo que le corresponda”.
Pidió también que se mejoren los entornos para que los jóvenes, niños y niñas se alejen de la violencia, con más impulso para las actividades deportivas, artísticas y de habilidades que ocupen su tiempo de forma productiva, donde ellos puedan sentirse parte de la sociedad.
Martínez Castilla acompañó este mensaje con la celebración de la visita del Monseñor Franco Coppola, Nuncio Apostólico en México, quien visitó el Seminario Diocesano, la parroquia de Tecpatán y la diócesis de San Cristóbal.
Visita que se dio en ocasión de una celebración importante: que la Provincia Eclesiástica de Chiapas cumplió este 12 de enero 13 años de haber sido constituida.
“Los obispos de Chiapas queremos refrendar nuestro compromiso pastoral con cada una de nuestras comunidades, pues si bien somos un mismo estado, las realidades de cada Diócesis son muy diferentes entre sí”, destacó.
