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Extradición de Emilio Lozoya y las versiones de FGR y Durazo sobre su traslado

La Fiscalía General de la República (FGR) utilizó a otra persona como un distractor que trasladó la madrugada de este viernes al reclusorio Norte y así llevar presuntamente a Emilio Lozoya, ex director de Pemex, a un hospital por presentar un supuesto cuadro de «anemia» y «debilidad general». 

La confusión llegó hasta La Mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador en Colima, cuando el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, desconoció el paradero del extraditado desde España.

«Efectivamente fue ingresado en este penal, pero fue trasladado inmediatamente después a un hospital privado por algunos síntomas de algunas molestias que presentó. Estoy tratando en este momento mientras hablo con ustedes de localizar (…). 

«No tenemos conocimiento, es una decisión que corresponde a la FGR, cualquier comentario de mi parte sería una mera especulación. Está ya circulando la información», comentó. 

El presidente López Obrador indicó que Lozoya «ya está en un reclusorio de la Ciudad de México» y dijo no tener «reportes de su estado de salud». 

Informó que, de acuerdo con lo que le dijo el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, «las diligencias judiciales iniciarán al mediodía de hoy», toda vez que esa área dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) está convocada para participar en el inicio de este proceso. 

Emilio Lozoya llegó a nuestro país las primeras horas de este viernes y permaneció por más de tres horas en las inmediaciones del hangar de la FGR donde, entre otras cosas, fue sometido a pruebas médicas. Cerca de las cuatro de la mañana, un convoy conformado por dos Suburban, una blanca y una negra, y varias motos, partió hacia el reclusorio Norte, donde se encuentra el juez que giró la orden de aprehensión en contra del ex director de Pemex. 

En el interior, y a la vista de los medios, iba un hombre que portaba una gorra y cubrebocas negro, así como chaleco antibalas y sudadera gris. Se sabe que cuando el convoy realizaba el recorrido en otro operativo más discreto las autoridades de la FGR llevaron a Emilio Lozoya a un hospital, porque durante la revisión física por parte del perito médico se le diagnosticó anemia desarrollada y problemas sensibles en el esófago, así como una debilidad general en toda su salud, por lo que propuso su revisión en un hospital. 

Las autoridades españolas que entregaron al ex funcionario del gobierno de Enrique Peña Nieto negaron que hubiese «constancia del presunto mal estado de salud». 

Con información de Milenio.

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