Como hemos documentado oportunamente en estas páginas, la ola de delincuencia y otros sucesos que han puesto en riesgo la seguridad de la ciudadanía tuxtleca durante las últimas semanas, han activado las alarmas de diversos sectores sociales que ven como esta lamentable situación se suma a los incuantificables daños dejados por la pandemia de Coronavirus en la economía capitalina.
Recién presentábamos un recuento de los asaltos y otros delitos que, en algunos casos con extrema violencia, se han suscitado en la capital chiapaneca, cuando los ciudadanos se vieron sorprendidos con la circulación de un video en donde se presenciaba el secuestro de un autobús de pasajeros, de la empresa “Rápidos del Sur”, según diversas fuentes, por parte de un grupo de autodenominados “estudiantes” de la Normal Rural Mactumatzá, ante la mirada atónita de transeúntes y automovilistas que circulaban por una conocida y transitada avenida de la ciudad.
Ante este hecho, uno más de la larga historia de vandalismo y atentados contra la convivencia social por parte de dichos personajes, diversas voces se han alzado para proponer y exigir soluciones al respecto, destacando la del emprendedor tuxtleco Manuel Sobrino, quien aseguró que el sector productivo local demanda una acción contundente por parte del gobierno de Tuxtla Gutiérrez.
“Los empresarios y la ciudadanía en general estamos pendientes de que las autoridades municipales hagan uso de las atribuciones que les brindan los cargos que ostentan y ejerzan el Estado de Derecho sin distingos, ni consideraciones especiales” expresó.
Sobrino Durán reconoció que él y otras personalidades de la sociedad civil, consideran positiva la propuesta de las autoridades estatales de buscar la pronta reubicación de la Normal Rural Mactumatzá en otro municipio, ya que “ha sido una petición que los tuxtlecos hemos realizado durante muchos años, tras sufrir los ataques al patrimonio ciudadano y particular que se han pretendido hacer pasar por manifestaciones pacificas”.
De la misma forma, Manuel Sobrino exigió que las mismas autoridades municipales pongan un alto a la actividad delincuencial que ha proliferado en Tuxtla Gutiérrez y la zona metropolitana, para así poder presumir de una “verdadera ciudad segura, una denominación que, al día de hoy, no pasa de ser más que una línea en los discursos oficiales”, finalizó.
