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Fernando Núñez De La Garza Evia
 
AMLO, y la negación de las victorias políticas históricas

La derecha y la izquierda son dos lados de la misma moneda. Cada una de ellas ve la parcialidad, y ambas son el todo. La derecha necesita a la izquierda para evitar sus excesos, y la izquierda necesita a la derecha para evitar los suyos. En algunos contextos políticos se requieren más los liderazgos de una de ellas, en otros contextos se precisan líderes surgidos de la otra. Ambas tienen sus victorias políticas y culturales, las cuales se complementan. Sin embargo, en México, el problema surge cuando el actual gobierno de la República niega a ambas, con una miopía histórica enorme, y se afana por regresarnos al pasado, con devastadoras consecuencias.
 
La derecha política tiene sus victorias políticas, que terminan siendo culturales. Políticas porque se convierten en políticas de Estado. Culturales porque permean en la vida de la sociedad. Su gran victoria se encuentra en el ámbito económico: la economía de mercado se convirtió en el paradigma a seguir, con mayor o menor intervención del Estado. La cristalización de esta victoria fue la caída de la Unión Soviética, la entrada de China a la Organización Mundial de Comercio y la globalización. Cientos de millones de personas salieron de la pobreza, como nunca antes visto en la historia humana.
 
La izquierda también tiene sus victorias políticas y culturales. Su gran victoria se encuentra en el ámbito social: la expansión de facto de los derechos humanos. Durante las últimas décadas hemos visto la inclusión de las minorías en la vida política y social, la lucha feminista con amplios y tangibles éxitos, el matrimonio entre parejas del mismo sexo y su derecho a adoptar infantes, la creciente legalización de la marihuana. Los mayores niveles de igualdad declaran que hay espacio para todos.
 
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador rechaza las victorias de ambos bandos. Sus políticas pertenecen al pasado precisamente porque desconocen la evolución de la historia. Por eso es tan difícil catalogarlo como de derecha o izquierda, porque se opone a las conquistas históricas de ambos lados. Niega a la derecha cuando tiene un pleito declarado con la iniciativa privada, la apertura energética, la inversión empresarial. Niega a la izquierda cuando tiene una disputa con el movimiento feminista, se opone a la legalización de la marihuana, ignora el movimiento LGBTQ+. El resultado es evidente: falta de inversiones y crecimiento económico, creciente toma de las calles por parte de grupos sociales en desventaja.
 
Hoy en día vivimos turbulencia política en muchas partes del mundo precisamente porque nos encontramos en una especie de síntesis histórica. Las victorias de ambos bandos políticos han traído inevitablemente excesos, vistos en el neoliberalismo de la derecha y le multiculturalismo de la izquierda. El primero ha provocado mayor desigualdad económica, el segundo menor cohesión social. Pero la historia avanza, aunque con AMLO regresamos al pasado, a un país de trapiches y mujeres resignadas.
 
www.plaza-civica.com    
@FernandoNGE

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