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Todo para el varón

Jorge Alberto Rincón Acebo jorgearinconacebo@gmail.com

Continúa el siglo XVIII.
La madre, a pesar de madurar la simiente hijo, masculina en su vientre, se desliga. Dualidades unión-desligamiento. Separación-encuentro.
El hombre varón, también humana hombre es la mujer como especie. El creador del universo donó con costilla para formar Lilith y Eva.
Entregó a la mujer Eva la capacidad transformante de cocimiento, para formar bebé. Liberándose del cuidado de crecerlo y evitar muera, como sucede con la mayoría de los infantes por diarreas y mal de ojo.
No, no lo acepto, expresó María.
La mujer cedió todos sus derechos al varón: ambos, mujer y varón formamos al niño, más la mujer entrega su cuerpo, deteriorándose.
¡Cállate, blasfema! O te envío a la Santa Inquisición, reconvino el cura Orígenes.
Conservando el proceso generador por la semilla masculina, cedió el de consolidación de la vida. Manteniéndose fértil hasta la muerte o ser castrado.
Ni usted se lo cree, Orígenes.
¡No siempre!
Los mayores, a veces procrean ayudados por el cura aún joven, cediendo su simiente. Vea, acá en San Marcos, ¡cuántos niños de las infértiles llevan su cara! ¡Blasfema, te impongo penitencia permanente de silencio! ¡Nunca más volverás a pronunciar lo expresado!
El macho humano es grande al ceder la capacidad de formar y criar al hijo a la mujer, limitándose a ser juez, padre, director, sacerdote.
Son insustituibles ambas figuras: paterna y materna, para preservación, conservación y mantenimiento de descendientes, guiándolos como varón y mujer.
En el futuro nos festejarán a ambos padres.
El mayor festejo será el de la madre, es quien entrega todo.
Feliz día del padre en el siglo XXI.
La próxima semana continuaremos en el XVIII, ligando, demostrando lo relativo de la cotidianeidad.
Progenitores Dualidad: Varón y Mujer.

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