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Belisario Domínguez: detención y muerte

Roque Gil Marín Vassallo
Comitán, Chiapas
Debido a sus intervenciones en el Senado de la República y a la distribución pública de su Ponencia o Laudo Acusatorio, el pueblo tomó conciencia -igual que el Senado- de la situación que el país guardaba; por lo que se dice -sin que haya ninguna forma de comprobarlo- que Victoriano Huerta ordenó que lo asesinaran en el momento en que tenía que hacer un viaje, pero al no hacerlo y pasar el tiempo, por vía telefónica Huerta llamó al Sr. Francisco Chávez, oficial de la Policía, para que este y un grupo de agentes de “La Secreta” lo secuestraran; y así lo hicieron, pues el Senador chiapaneco se hospedaba en el Hotel Jardín, en el centro de la ciudad de México, de donde fue sacado por la fuerza la noche del 7 de octubre de 1913.
El único testigo de este hecho fue el señor José María Ávila, velador del hotel, a quien los agentes intimidaron y amenazaron de muerte si decía algo.
Cuando llegaron a la habitación del Senador, los agentes Gilberto Márquez, Alberto Quiróz y José Hernández (a) “El Matarratas” -que habían estado al servicio del Gral. Félix Díaz cuando este fuera oficial de la policía capitalina- el Dr. Domínguez, al escuchar los toques de la puerta de su habitación, contestó: “Vengan mañana”, pensando en algún vecino paciente, pero luego se metieron los agentes a su cuarto, lo hicieron que se vistiera y le dijeron que “El Señor Presidente Victoriano Huerta” los había mandado para que fuera conducido a su presencia, a lo que el Senador Domínguez respondió: “No quiero hablar con Huerta, no quiero ni verlo”.
Cuando el Senador era sacado por la fuerza, le gritó al velador del hotel: “Hágame el favor de avisarle a mi hijo (Ricardo), por la mañana cuando venga, que me voy con la Reservada”, y luego fue introducido a un automóvil que se encaminó por las calles de San Juan de Letrán, Av. Juárez, Paseo de la Reforma hasta la calzada Tacubaya, para virar hacia Coyoacán, en donde por el fango detuvieron el automóvil, sacaron al doctor, lo jalaron frente a la puerta del Panteón de Coyoacán y aquí el agente Gilberto Márquez le disparó un balazo por la espalda en la región occipital. Al caer, el agente Alberto Quiróz le disparó otros dos balazos para rematarlo, lo desnudaron, quemaron sus ropas, sacaron la cantidad de 15 mil pesos que llevaba en sus bolsillos y con ellos le pagaron al sepulturero, de nombre José de la Luz Pérez, para que lo enterrara y lo hizo a 45 cm., de profundidad.
Casi un año después y con el derrocamiento de Huerta, el Club “Belisario Domínguez” y la H. Colonia Chiapaneca en el D.F., exigieron a los nuevos funcionarios que se aclarara la muerte del Dr. Domínguez y de otros políticos que habían sido asesinados por Huerta, además de que el Senado de la República presionó para esta aclaración, por lo que los restos mortuorios del Prócer fueron exhumados el 13 de agosto de 1914 y llevados al Panteón Francés el 15 de los mismos, lo que fue comunicado al Ayuntamiento de Comitán por los Señores Reynaldo Gordillo León, Julio Esponda y Ciro Castillo Corzo.
El Presidente Municipal de Comitán, Dr. Eduardo Román, en sesión de cabildo propuso y fue aprobado por el Ayuntamiento en pleno, lo siguiente: “En vista de los antecedentes y méritos que en esta ciudad y casi en la generalidad del estado supo conquistarse el Dr. Belisario Domínguez, como un imperecedero recuerdo a su memoria, se declara Benemérito de la Ciudad de Comitán”.
Por todo esto, el Dr. Belisario Domínguez Palencia está siempre presente en el Senado de la República y en el corazón de todos los mexicanos y desde el 7 de octubre de 1953, el Congreso de la Unión declaró al Dr. Belisario Domínguez Palencia, “Héroe del Valor Civil en México”, y estableció honrar con la presea de su nombre a aquellos ciudadanos honrados, valientes y generosos que sacrifican su vida en aras de la Patria, ya que es la más alta presea o condecoración que otorga el H. Congreso de la Unión.
Pedimos a los Oradores, tanto de los Concursos de Oratoria como de los Actos Cívicos del 25 de abril y del 7 de octubre, ¡que no le atribuyan palabras que nunca dijo y hechos que nunca hizo! Porque solo han servido para sembrar la desconfianza en el pueblo que, cansado de tantas “Mentiras Bonitas” ya no asiste a dichos actos.
Salud

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