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Roque Gil Marín Vassallo

Comitán, Chiapas

Marco histórico de la lucha armada. Habían transcurrido ya 10 años con 4 meses y 25 días en que, desde aquel 15 de septiembre de 1810 se había iniciado una cruenta, feroz y prolongada lucha armada por la Independencia de La Nueva España, cuando ese día 10 de febrero de 1821, estando a punto de iniciar un combate más, los ejércitos enemigos comandados por Vicente Guerrero Saldaña -por los Insurgentes- y Agustín Iturbide Arámburu -por los realistas- ambos tuvieron un breve momento de reflexión y lucidez, que los llevó a tomar una decisión sobre el resultado de este nuevo combate, y ambos comandantes aceptaron cruzar misivas para ponerse de acuerdo y poner fin a esta guerra que no tenía ni vencedores ni vencidos, sino que más que un pueblo temeroso, disperso y atrasado que no merecía ni un minuto más tan infeliz destino.

Guerrero derrota a Iturbide. El 9 de noviembre de 1820, el virrey Juan Ruíz de Apodaca, a propuesta del grupo de conspiradores de La Profesa, nombra al General Iturbide Comandante de las tropas realistas en el sur, para enfrentar al ejército insurgente comandando por Vicente Guerrero, quien el 2 de enero de 1821, en el pueblo de Zapotepec, Gro., derrota a Iturbide -que ya no aceptó ser manejado por el virrey Apodaca- por lo que ese día le envió una carta a Guerrero invitándolo a rendirse por “Estar ya en camino de obtener la Independencia”.

El 20 de enero de 1821, Guerrero le contesta a Iturbide que no se podía rendir y que no aceptaba el indulto, pero que “tratándose de estar en camino de la Independencia”, estaba dispuesto a colaborar para lograrla, y para esto propuso encontrarse en las afueras de la aldea llamada Acatempan, Gro., y allí concretar los acuerdos necesarios.

Iturbide y Guerrero, frente a frente. Iturbide ya no aceptaba ser mandado por el virrey Juan Ruíz de Apodaca, quien le había informado que “La flota de guerra de Francia estaba anclada en Haití”, y solo esperaba que los ejércitos enemigos se volvieran a enfrentar en un último combate en el que se acabarían ambos y serían fácilmente derrotados por los franceses, que invadirían este territorio español y lo pondrían bajo el dominio del emperador Napoleón Bonaparte.

El abrazo y sus efectos. Estando frente a frente, fue Iturbide quien inició la salutación, diciendo: “Saludo a mi General Guerrero, en nombre de la Independencia y la paz”, contestando Guerrero: “Saludo a mi General Iturbide, en nombre de la Independencia y la Libertad”, luego se dieron la mano y se trenzaron en un fuerte abrazo fraternal y sincero, que la historia conoce como “El Abrazo de Acatempan” con el que se puso fin a la lucha armada por la independencia de la Nueva España, o como le llamaban: “La América Septentrional”.

Luego, ambos ejércitos se fueron a Iguala, Gro., donde el 24 de febrero de 1821, proclamaron el Plan de Iguala, formaron el Ejército Trigarante, se nombró a Iturbide Comandante supremo de este ejército y se diseñó y fabricó la primera Bandera Nacional, que fue juramentada por todos los participantes de este episodio con el que se pudo destituir al virrey Apodaca y se logró que el nuevo virrey, Juan O´donojú, firmara con Iturbide los Tratados de Córdova, el 24 de agosto de 1821 y en este documento se reconoce la Independencia de la Nueva España que, al ser proclamada el 28 de septiembre de 1821, recibió por primera vez el nombre de México, que le puso el Libertador Agustín Iturbide, en común acción con Vicente Guerrero.

¡Viva México!

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