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Fallece maestro baile zoque de Tuxtla Gutiérrez

Karla Gómez

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Cuando el maestro baile Luis Alias Tondopó, armaba su penacho para la danza del Napapok etzé -que bailó hasta los 80 años de edad-, escuchaba la música del tambor y el carrizo a través de un cassette insertado en una grabadora vieja. Silbaba las melodías. Desde su casa vivía la ritualidad, ensayaba para así continuar con la preservación de la cultura zoque de Tuxtla Gutiérrez. A los 50 años de edad, comenzó a bailar esta danza y compró su primer penacho con don Emilio Escobar, en Copoya; penacho que aún conserva plumas de viejos bailes.

El hombre de mediana estatura, piel morena, cabello lacio y ojos pequeños, falleció a los 85 años de edad el pasado 15 de junio, da a conocer Lalo Alias, nieto y maestro baile, quien recuerda a su abuelo como una persona de mucha fe, responsable y dedicada en todos los aspectos de su vida. Además de bailar con el corazón.

“Le gustaba escuchar y bailar marimba, pero solo cuando había fiesta de familia o de sus santos que él tiene, bailaba el Querreque y Nube viajera. Le encantaba tomar su traguito”, comparte.

Desde la capital del estado, el tío Luis, como le decían sus allegados, le sirvió a la madre santísima, a las vírgenes de Copoya. Vivía la tradición, el mequé (fiesta). Asimismo, trabajó la albañilería. Aspectos que le llenaron de mucha alegría y de satisfacción.

Empezó a bailar desde pequeño, a la edad de ocho años. Danzó de suyuetzé con su tío José Alias, quien lo encaminó también por el gusto del baile. También bailó Santa Cruz, Corpus Christi, Octava de Corpus, San Roque y Napapok etzé, siendo el baile de Pastores lo único que no bailó. Aunque por cinco años fue Parachico con los grupos San Jacinto y, San Francisco, con Fidel Juárez.

El maestro inició en la tradición debido a que su papá Eduardo Alias, lo llevaba desde pequeño a Copoya, le enseñó a dejar su presente a las madres santísimas en Copoya, aunque don Luis no tuvo cargos en la mayordomía, menciona Lalo Alias. Ahí subían cacao, maíz y flores a las madres Santísimas. Acompañaba a su papá en las fiestas que la mayordomía invitaba, siendo uno de los primeros acercamientos que tuvo al costumbre.

Lalo recuerda que su abuelito le decía que hay cumplir con el compromiso: “Hay que cumplir, para eso nacimos los bailes. Baila hasta no poder, hasta que te falte el aire, hasta que arda las plantas de tus pies, ahí está la ofrenda y seremos escuchados por las madres santísimas. Bailemos de corazón, hijo”.

Hace cinco años fue floreado como maestro baile de la mayordomía zoque de Tuxtla Gutierrez, pero debido a su edad no pudo aceptar el cargo. De tal forma, el albacea nombró a Frank, Juan Ramón y Lalo. Sin embargo, cuando lo invitaban o sabía de los tiempos y del compromiso, iba a bailar de penacho.

“Quienes lo conocen, lo respetaban como maestro baile por su trayectoria. Bailó con muchas personas que ya también descansan en el mequé eterno: maestro Polo, la Calandria, tío Julio la tuza, maestro Ramón Chacón y el maestro Toño Escobar, por mencionar algunos”, resalta.

Lalo Alias, destaca que ahora lleva en alto el nombre del maestro baile Luis Alias Tondopó: “Él es mi mentor en las costumbres, mi abuelo, mi maestro, gracias a él soy todo lo que soy ahora”.

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