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La historia de Mafalda, personaje de Quino

29 de septiembre de 1964…

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El 29 de septiembre de 1964 debutó oficialmente como tira “Mafalda”, en la revista “Primera Plana”. Sin embargo, el personaje en sí había sido creado en 1963. Según Joaquín Salvador Lavado (Quino), autor de “Mafalda”, todo empezó por casualidad: “En realidad Mafalda iba a ser una historieta para promocionar una nueva línea de electrodomésticos llamada Mansfield. La agencia Agnes Publicidad le encargó el trabajo a Miguel Brascó, pero como él tenía otros compromisos, me lo pasó a mí. Esto fue en 1963. Pero la campaña nunca se hizo y las ocho tiras que dibujé quedaron guardadas en un cajón. Hasta que al año siguiente Julián Delgado, secretario de redacción de “Primera Plana”, me pidió una historieta. Entonces rescaté esas tiras y bueno, ahí empezó todo”.
Mafalda que, con los años se transformaría en un estandarte de lucha por la igualdad social, llevaba sus polleras bien puestas. Quino dice hoy día: “¿Por qué mujer? No lo sé. Al principio uno no se detiene a pensar en esas cosas”. El dibujante tampoco se había puesto a pensar, tres décadas atrás, que las ideas de esta niña tan ingeniosa como irreverente, tan reflexiva como contestataria, iban a recorrer el mundo. El mensaje de Mafalda sigue manteniendo la misma dosis de genialidad.
Luego de publicarse en la revista “Primera Plana”, pasó al diario “El Mundo” (de Buenos Aires) desde el día 15 de marzo de 1965. Dos años después, cuando este diario cerró, Mafalda y sus amigos debieron tomarse vacaciones durante un tiempo. Durante unos seis meses no hubo tiras nuevas. Por ese entonces Quino realizaba una página de humor en el semanario “Siete Días Ilustrados” y la publicación decide reemplazarla incorporando a Mafalda, que aparece el 2 de junio de 1968.
En cuanto al exótico nombre de “Mafalda”, surgió de la versión cinematográfica de la novela “Dar la cara”, de David Viñas. En una escena de esa película aparece una beba dentro de un moisés que se llama así, y Quino adoptó el nombre, ya que le pareció alegre. El autor jamás imaginó que ese ser diminuto y genial, con una inteligencia y sagacidad inmune a los razonamientos adultos y apenas rodeada de un apropiado universo infantil, elevaría la historieta a la categoría de “cuentos morales”. Sus historietas fueron guiños hacia los estereotipos de Argentina y del mundo en el momento, retratando diferentes aspectos del género humano.
Con una exacta dosis de simpleza y profundidad, Mafalda se convirtió en el personaje de historieta que más significa hoy para los argentinos.
Mafalda, en cuarenta años de existencia, traspasó no sólo fronteras sino también los estrechos márgenes de las tiras para convertirse en un personaje más de la realidad. Debido al gran éxito de este personaje, se han hecho a lo largo de los años innumerables cantidades de artículos sobre ella, como muñecas, remeras, accesorios, vasos, etc.
Fuente: Los orígenes y la historia de Mafalda.

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