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Roque Gil Marín Vassallo

Comitán, CAhiapas

El 11 de Agosto del año de 1892, el gobernador de Chiapas Lic. Emilio Rabasa Estebanell, “El Cacique Ilustrado” promulga el Decreto No. 8, en donde se establece el cambio de residencia de la Capital del Estado que se encontraba en San Cristóbal de Las Casas, hacia la cálida ciudad de Tuxtla Gutiérrez, y a partir de esta fecha se inició una creciente e incontenible ola de odios, venganzas, revanchismo, violencia generalizada entre ambos pueblos y arrastraron a otros lugares en pro o en contra de alguno de ellos en búsqueda de justificar sus causas.

Así llegamos al año de 1903, y el Patronato de la Fiesta de Enero o de “Los Parachicos”, toma el acuerdo de no contratar bandas musicales de San Cristóbal de Las Casas ni de Tuxtla Gutiérrez, para evitar críticas políticas en su contra, y contando con el apoyo del gobernador Rafael Pimentel, deciden ir a la ciudad istmeña de Juchitán, Oaxaca, a contratar una banda musical para que amenizara dicha fiesta, por lo que a mediados del mes de octubre parten a este lugar los integrantes de dicha comitiva: Carlos Cuesta y Tomás López, llegando al domicilio del maestro musicógrafo que ya conocían , pero ya tenía compromiso para la fecha que lo requerían y no podía aceptar; pero no los desanimó y los llevó con otro director a quien le decían “El Norteño” por ser originario de Zacatecas, siendo recibidos por doña Mauricia López de Vassallo, esposa del maestro Miguel Lara Vassallo, quien una vez escuchó la propuesta, aceptó ir a Chiapa de Corzo en unión de su Banda llamada “Alma del Sur”.

El 7 de enero de 1904, la banda se embarca de Juchitán, Oaxaca, con rumbo a Tonalá, Chiapas, donde tenían algunos amigos; se internan a la sierra a caballo por la orilla del Río Zanatenco, llegan a Villaflores, siguen hacia Suchiapa, cruzan el Río Grande en canoas y hacen acto de presencia en Chiapa de Corzo, a las 12 del día del 15 de enero de 1904. Son cálidamente recibidos por una numerosa comitiva, les sirven “la Comida Grande” y a partir de las 5 de la tarde y bajo los arcos de la fuente colonial más bella del Continente Americano: “la Pila”, dan inicio a un inolvidable concierto que principió con la melodía “La Sandunga”, interpretada primero en dialecto zapoteco y luego en español.

Cuando terminaron, el público estalló en aplausos para premiar a la banda y las autoridades hicieron bellas expresiones de júbilo para reconocer la magistral interpretación ¡jamás antes escuchada en público en ninguna parte de nuestro estado de Chiapas!

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