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Lenguaje y Comunicación en Política Electoral

Roger Heli Diaz Guillén
Chiapa de Corzo, Chiapas
En el campo de la política electoral que estamos viviendo, resulta importante recordar el cúmulo de discursos presenciales y mensajes políticos en redes sociales que hemos vivido los ciudadanos mexicanos de 30 años en adelante; que si los regresamos y revisamos recordándolos, podemos comprobar que cuando decíamos: “Son mentiras y promesas que no se cumplen”, al paso del tiempo ello se comprueba en su generalidad, confirmándose que muchos políticos en esta perspectiva no tenían y actualmente algunos no tienen el saber vinculado a la realidad, mucho menos relacionado en el contexto geopolítico; por ello, hoy resulta sustantivo revisar y compartir con políticos y ciudadanos algunos elementos sustantivos sobre el mensaje basado en el lenguaje político, que parta del respeto del saber ciudadano y su realidad desde el pensamiento local.
El mensaje político debe ser Conciso (coherente, lógico, adminiculado, fundado, motivado, razonado); Macizo (contundente; duro por ser realista y directo; incluyente, que no le falte nada; fuerte por desnudar realidades y confrontar pensamientos, conciencias y razonamientos; inclusivo, expresivo e histriónico; que dé confianza); y Preciso (claro y completo. Vinculado a realidades y necesidades). El mensaje político no debe ser Profuso (abundante, cansado, monólogo, complejo); Difuso (no claro, no preciso, lejos de la realidad); ni Confuso (contradictorio, espeso por lo cargado de letras y conceptos, enredado).
Para ser objetivo, el mensaje Político debe contener parámetros de comparación con otras realidades, para identificar el ser y deber ser que se propone; que permita observar la diferencia del planteamiento político, como por ejemplo los utilizados en la última campaña federal: Por el Bien de México Primero los pobres; Combate a la corrupción; Bienestar Social; Inclusión, Género; Desarrollo rural; Dispersión de la Riqueza; Austeridad republicana; por mencionar las más sustantivas que se han traducido en políticas públicas de bienestar social, recuperación económica y fortalecimiento constitucional.
El mensaje político debe crear esperanza ciudadana y humana a partir de su contenido ideológico conceptual, cuyo objetivo es pintar un mundo posible a partir de lo real y disponible. Debe trasmitir seguridad y certeza. Debe responder a realidades sociales, no a ideologías. Debe ser endémico. Debe ser sostenible.
Una estrategia ciudadana en eventos con políticos en campaña con objeto de mejora del quehacer político, es hacer “preguntas generadoras” públicamente al personaje, solicitando respetuosamente el uso de la voz y exponer pregunta o preguntas, como por ejemplo: Qué piensa si el desarrollo debe ser sustentable y/o sostenible; Qué opina del patrimonio cultural de los pueblos indígenas y cómo atenderlo; Qué opina sobre el patrimonio biocultural; Qué propone para el desarrollo agrario; Qué opina de la Nueva Escuela Mexicana; La seguridad se atiende con policías o algo más; entre otras que la ciudadanía razonadamente sabrá construir. Ello con el único afán de identificar la claridad y conocimientos sobre el contexto sociopolítico de los personajes que pretender ser representantes sociales, que nos permita votar razonadamente por el bien común, eligiendo al Ciudadano que trasmita conocimiento, seguridad y confianza.
¡La fortaleza del mensaje político es la legitimación, claridad, objetividad, inclusividad, contextualidad de la realidad social y lo incluyente!

Facebook: Roger Heli Diaz Guillén

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