Karla Gómez
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Preservar un patrimonio cultural, es importante para la memoria y el paisaje urbano de la ciudad; por tal razón se dio la categoría de patrimonio cultural a 11 inmuebles de Tuxtla Gutiérrez.
De acuerdo a Roberto Ramos, promotor cultural, geógrafo e integrante del Consejo de Protección del Patrimonio Construido, la declaración es importante en términos nacionales, porque la legislación federal respectiva todavía no se actualiza para considerar el ingente patrimonio construido del siglo XX, que es además, el que caracteriza el centro histórico de nuestra ciudad.
Por ello, informa cuáles son los inmuebles que tienen dicha categoría y por tanto, protegidos para su conservación: el antiguo palacio municipal, la casona que ocupa el Museo del Café, los edificios del antiguo ICACH –hoy Secundaria del Estado-, la casa del anciano, el Centro Social Francisco I. Madero, el antiguo Palacio de la Cultura –hoy rectoría de la Unicach-, el Museo Botánico, el Mercado 20 de Noviembre o de Las Flores, el edificio que fue sede la escuela Tipo Camilo Pintado, la escuela Eliseo Palacios y la capilla del Panteón Municipal.
“A ellos se agrega el Monumento de la Bandera. Todas son edificaciones públicas del siglo XX, que por diferentes razones han tenido un papel importante en el paisaje urbano y la historia de la ciudad, además de corresponder a corrientes arquitectónicas del siglo pasado”, destaca.
El entrevistado resalta que esta primera consideración, tuvo en cuenta el carácter público de los edificios y que representaron momentos importantes en el contexto arquitectónico local, nacional e internacional, “además de que hayan cumplido o sigan cumpliendo funciones importantes en la dinámica social de la ciudad”.
El reconocimiento, dice Ramos, tiene que ver con la memoria y la identidad, y por tanto, con las posibilidades de un futuro razonable para la ciudad.
“Sin identidad consolidada, los proyectos comunes de futuro son poco viables, además de que, aunque poco se habla de él, existe el derecho incuestionable de la ciudadanía a la memoria”, añade.
Sin embargo, sostiene que todos los edificios declarados como patrimonio son públicos, pero gran parte de las construcciones que hablan de la memoria de la ciudad son privados, por lo que se tiene que avanzar también en el sentido de que los propietarios las valoren también desde el punto de vista simbólico y como parte de un paisaje urbano que es de todos.
“En este caso, puede mencionarse el edificio Corzo, como ejemplo notable. Habrá que sumar además muchos edificios dedicados al culto religioso, como la destacada capilla de Santo Domingo”, subraya.
Cabe destacar que el ayuntamiento tuxtleco creó el Consejo de Protección del Patrimonio Construido, formado por especialistas de diferentes disciplinas.
“Después de que el Consejo logró la restauración del Monumento a la Bandera, tan icónico para la ciudad y muy dañado por el terremoto de 2017, se busca continuar con la restauración y conservación de este patrimonio, como es el caso del antiguo palacio municipal, que requiere también una intervención muy importante para que pueda seguir siendo utilizado”, menciona Ramos.
Por tanto, se considera que a más del derecho a la memoria, la conservación de un paisaje urbano incide en proyectos de variada naturaleza que estimulen a la ciudadanía.
Por ahora, da a conocer que el proyecto importante -detenido por el contexto que vivimos-, es contar con un catálogo que eventualmente conduzca a la declaratoria de Centro Histórico y del que se deriven futuras acciones de restauración y revitalización.
