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Dr. Jorge Alberto Rincón Acebo Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

El Covid se originó en animales y emigró a los humanos. La sobrepoblación hace que el humano ingiera alimentos diversos para obtener alimentación balanceada a través de ellos.

A la especie humana ‘le vale’ la destrucción de la naturaleza. Desde 1988 se han rebasado límites, las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono máxima deberían ser 350 partes por millón (ppm) y es superior a 400. Algunos son pérdida de vegetación (formación de oxigeno), biodiversidad (desequilibrio entre especies), pérdida de insectos (polinización y desplome de la cadena alimenticia).

La acidificación de los océanos provoca formación de ácido en el agua, pérdida de calcio de las conchas. ¡Imagínate: entras al mar y nadas en ácido! ¡Que siempre ha acaecido! Ahora se rebasa lo que se produce y se degrada. Solo uno se ha revertido: el de la capa de ozono.

De solo pensarlo siento escalofrío: recorre la columna vertebral, como esos que sienten los que ven espantos. ¡Sé que no existen! Para los presos del espanto ¡no existe la destrucción de la naturaleza! ¿Dónde está la inteligencia humana, cuando ignoras que para vivir se necesita equilibrio perdido? Cuando hay más humanos que los que puede soportar la naturaleza, para alimentarlos se destruye al medio ambiente. Se argumenta que siempre lo ha superado la humanidad. Evadiendo la inconsciencia, carencia de conocimiento, autodestructividad. Es ineludible la toma de conciencia de No desear ser así.

René Morales Hernández, escritor, elaboró la lista de cincuenta libros para leer antes de morir, tomando conciencia que los temas son apocalípticos, tristes, por abordar la verdad: la destrucción al cuerpo humano.

La siguiente frase no es veraz y sí es discriminatoria: “El norte trabaja, el centro piensa, mientras el sur descansa”. La he oído desde la primaria. No es nueva. Es elitista o discriminativa, regional, pero mucho tiene que ver con la tecnificación del campo.

En otras cosas -en especial en Educación Superior- en 1969 le preguntaron al magistrado Suárez si en Chiapas se vestía con taparrabos, arco y flecha, a lo que contestó: “Sí, compañeros: así vestimos y cuando nos sobra tiempo, venimos a darles clases de actualización en Derecho”. ¿Es acaso ser inteligente autodestruirse, leer noticias falsas, creer sin crear? Con la destrucción de la naturaleza, se debe dar como materia básica la Bioconservación. Y si es necesario, frenar la inmigración norteña hacia el sur. ¡El sur también existe! Es momento que la conservación de la biodiversidad tenga un precio. No existen fronteras para la circulación del aire. ¡Es tiempo que se eduque la humanidad para que no pretenda ignorar su autodestrucción!

A nivel mundial, la política ambiental se ve reducida a la destrucción de la biosfera, sin abordar a diario la necesidad de conservar, preservar reciclar, rehusar.

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