Francisco Félix Durán
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Hablar de bomberos que su labor es quemar libros y no apagar incendios provoca cierta congoja, pero son muy pocos los que se interesarían en el tema y adquirirían la novela de “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury, porque para ser sinceros en México este futuro distópico suena de los más increíble, ¿para qué quemar libros que nadie lee?
Analizando los resultados de la Metodología Común para Explorar y Medir el Comportamiento Lector (Molec) 2020, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) con entrevistas aplicadas a personas mayores de 18 años en el territorio nacional, nos encontramos con algunos resultados positivos o críticos dependiendo la variante, pero en general son desalentadores.
Nuestro país es un vaso con agua y cada persona lo ve como guste, por ejemplo: en América Latina el índice de lectura más alto es de 5.4 libros al año y en México es de 3.4 en los últimos doce meses, lo cual es un resultado positivo. Pero si la medida es el tiempo que dedicamos a la lectura, hallamos que a nivel internacional existen países que leen más de 10 horas a la semana y el promedio por sesión de lectura en nuestro país es de 47 minutos, lo que nos coloca en los últimos lugares en la variante de tiempo promedio.
Lo cierto es que de acuerdo al Molec 2020, en México solo cuatro de 10 personas declararon haber leído al menos un libro en los últimos 12 meses y para colmo de males, de ellos solo el 24.1 por ciento entiende lo que lee, el resto medio comprende o de plano no tiene comprensión de la lectura.
A lo anterior, súmenle el hecho de que las redes sociales atrapan la atención de nuestros jóvenes y gracias a ellas, ahora prefieren mensajes cortos y directos en lugar de perder horas con una gran historia. La vida se ha vuelto demasiado rápida y pareciera que debemos dejar constancia de ella en cada foto o video subido, sin saber que en palabras del fallecido Quino a través de Malfada: “Vivir sin leer es peligroso, te obliga a creer en lo que te digan”.
