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Jorge Mazariegos

Diario de Chiapas

Chiapas vibró este domingo por la madrugada, cuando festejaron una medalla de bronce más para México en estos Juegos Olímpicos de Tokio, sin embargo, ese festejo, para muchos, fue señal de hipocresía y cinismo.

Aplaudimos los que Aremi Fuentes Zavala realizó durante su carrera deportiva para llegar a su sueño: unos juegos olímpicos. Pero reprobamos lo que muchos hicieron a costa de esta medalla de bronces que solo tendría derecho a festejar la familia y el pueblo mexicano, no las autoridades, ni alguno que otro que no simpatizó con el caminar de la halterista chiapaneca.

Aremi Fuentes Zavala en esta ocasión representó a México, y por más mexicano y chiapanecos que nos sintamos, nos debe dar alegría, pero no orgullo, eso déjenselo a Baja California, quienes cobijaron a la atleta y por ellos, hoy, podemos hablar de esto.

Una lucha, primero, con su estado, donde se le negó el apoyo, no se le buscó la vía para mantenerla con el sueño más vivo que nunca, donde sufrió varios procesos pese a que en 2007 fue una de las medallistas de la entidad en las entonces llamada Olimpiada Nacional.

Su paso por el levantamiento de pesas ha sido arduo, de sacrificio, entrega, pasión y, sobre todo, de lucha. Una lucha que ha sido constante ante su Federación, ante las autoridades y ante quienes no la vieron con buenos ojos para llegar a ser una atleta de elite.

Hoy, Aremi, les puede decir con un guante blanco que se equivocaron, que ella nació para estar en la historia del deporte, de México.

Como chiapanecos debemos estar contentos, pero no orgullosos. Que hipócrita fueron las redes sociales este domingo, desde temprano todos buscaron posar con el recuerdo de una foto con la familia o con la misma Aremi Fuentes.

Una imagen que solo se puede ver maquillada, un proceso que no llegó a más en Chiapas y que, muchos atletas, hoy día, lo pueden sufrir en carne propia lo que es ser chiapaneco y buscar ser atleta de alto rendimiento.

Baja California tiene el crédito, Aremi Fuentes tiene el mérito, el trabajo y la pasión para tener una medalla en sus manos que nadie te arrebatará con discursos, con poses, ni con ego por delante de haberte conocido.

Nosotros, los chiapanecos, nos quedamos alegres por ver como consumaste un sueño, que lograste hacer de todo en el proceso y que, al final, conseguiste tener esa medalla en tus manos. Te aplaudimos.

Tu familia, la más orgullosa, que con llanto festejaron tu emoción y trabajo que, a la distancia, estuvieron ahí, para verte triunfar, lo lograste. Ellos, hoy pueden ir con la frente en alto y con el orgullo en el pecho. Para tus hermanas, eres el ejemplo, dos de ellas atletas en la misma disciplina que están forjando su historia.

Que quizá en el camino se encuentran con obstáculos, pero estas ahí, Aremi, para darles fuerza y aliento ante panoramas que tú ya viviste, a quienes siempre las unirá el lazo familiar y que estarán ustedes en la historia del deporte como las tres mejores chiapanecas en levantamiento de pesas.

Tu esperanza no murió, fue difícil y cardíaco llegar al medallero, lo lograste. Aremi Fuentes Zavala, la medallista mexicana que dio la alegría a su país, levantó la hipocresía en su estado y llenó de orgullo a su familia.

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