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Editorial

Claudia, Adán y lo que viene para Chiapas

El domingo, Claudia Sheinbaum fue designada oficialmente la Coordinadora Nacional de los Comités de la Defensa de la Cuarta Transformación. Un suceso con el cual arrancó oficialmente la disputa por la silla presidencial y los cargos públicos en el Senado, la Cámara de Diputados, nueve gubernaturas con sus respectivas carteras en municipios y los congresos locales. Un número superior a los 20 mil cargos de representación proporcional y de acuerdo al número de votos obtenidos, se reparten los plurinominales.

Lo trascendente que el mismo domingo se confirmó, aunque no lo haya dicho oficialmente la ganadora de las encuestas dentro del partido Morena, es el anuncio de que Adán Augusto López Hernández, el amigo y “hermano” del presidente Andrés Manuel López Obrador, será el coordinador de la campaña.

Vaya cargo que responsabiliza a Adán para llevar al triunfo a Claudia. Le apuestan a su experiencia política, a su capacidad para negociar y también, porque no decirlo, a su mano dura para encarar los temas.

Como secretario de Gobernación del presidente AMLO se destacó por endurecer su discurso conciliatorio en temas de agenda legislativa en el Congreso de la Unión. Está claro que el visto bueno o la línea mas que directa fue obra del propio mandatario.

Lo interesante de este nombramiento, para el caso de Chiapas, es que en el juego de ajedrez que se delinea en un futuro muy cercano es el vaivén político que moverá las aguas dentro de los candidatos de Morena, de los que quieren y ya se han apuntado por el partido Verde Ecologista de México e incluso por el Partido del Trabajo.

Estos tres, porque al participar en coalición pedirán mano para iniciar la partida, buscar llevar ventaja y es acá donde el peso de las relaciones políticas o acercamientos que se tengan al más alto nivel, querrán que prevalezca aun pasando por encima por si existiera una mejor opción.

Adán Augusto y la coordinadora de la Cuarta Transformación tienen escenarios realmente complejos no porque se diga que vayan a perder la plaza, sino porque al existir varios y varias candidatos que quieren participar en las primarias para obtener la candidatura única al gobierno de Chiapas, se tienen que analizar con qué participante tienen mejor garantías de triunfo y de votos, para garantizar una mayoría en el Congreso.

En este proceso deben cuidar que no haya desencantos, pero como se ven las cosas, será muy difícil que esto no suceda. Cuidar que prevalezca la unidad para que no haya rupturas que los divida será una misión prácticamente imposible.

Y no se dice porque se quiera que haya conflictos, sino porque casi todos y todas, argumentarán que las encuestas, que las preferencias que han captado y el trabajo que han hecho en los últimos años y meses, les da derecho a representar a su estado.

El escenario, al final se vuelve más sombrío porque en los procesos de negociación los liderazgos de los partidos políticos chiapanecos y los mismos aspirantes exigirán sus derechos y al ver que no son elegidos, así sea mediante la encuesta a la que se someterán, habrá quien salga respondón, al estilo de Marcelo Ebrard.

Por ello el tema de la definición política de quienes quieran participar representando el frente de la Cuarta Transformación para Chiapas se vuelve complejo porque el asunto es más local, se centra en el caminar de partidos que ya han estado en el poder y cuyos líderes también exigirán sus cotos de poder.

Adán Augusto más que ningún otro conoce el ambiente político que reina en Chiapas. Sabe y tiene claro el panorama de que primero habrá participación y competencia para que vaya una sola persona que represente a Morena, PVEM y al PT.

Sin embargo, también sabe que, aunque Morena lleve mano en la designación y decisión de su candidato, el partido Verde está en los cuernos de la luna no sólo porque con la participación de Manuel Velasco como una corcholata más en el pasado proceso orquestado por Morena, alborotó el gallinero, sino que se vio que tiene músculo, tiene presencia y ésta le dará derecho a tamborear la mesa de las negociaciones.

Y el otro dato importante es que Chiapas, con el PVEM, fue el que le dio más votos a Claudia Sheinbaum para que ganara la coordinación. Son pequeños detalles que se tendrán que poner a consideración y que ya, desde ahora, pondrá en un dilema al partido en el poder. Todo esto sin tomar en cuenta que los mismos militantes de Morena exigirán que también sus “gallos” no se queden fuera de la jugada.

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