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Falta de oficio provoca suspensión de clases en la Prepa 1

La inoperancia de la Secretaría de Educación en este gobierno le ha traído varios dolores de cabeza al jefe del Ejecutivo estatal, pues no se explica que problemas triviales se conviertan en un daño para el proceso de aprendizaje de los jóvenes chiapanecos, ávidos de conocimientos en la ya de por sí deteriorada etapa de la catedra educativa.

Resulta que en la histórica Preparatoria del Estado número uno, los alumnos no tienen clases debido a que personal académico y administrativo se unieron para exigir la renuncia e investigación del director Carlos de Jesús Trujillo Quintero y del director académico, Ricardo Ramírez D’Gives, por actos de corrupción en el manejo de las cuotas escolares y otros recursos que maneja la escuela.

De ser cierta esta denuncia, dónde está la intervención de la secretaria de Educación y por qué no actúa el sindicato que protege al mentor para acordar una solución inmediata, a fin de no perjudicar el proceso educativo de los estudiantes, sobre todo para aquellos que egresan y ya tienen programado su siguiente escalón universitario.

Lamentable que ni el personal jurídico ni los responsables de la operación política de la Secretaría de Educación, tienen los elementos para mandar a descansar al director en tanto se resuelve el problema, y, además, atender el llamado de los padres de familia de que no querían el cierre de las instalaciones.

El mismo sindicato debería intervenir para acuerpar al docente, como es su costumbre, independientemente de si es inocente o culpable, pero el procedimiento de investigación no tiene que ser paralelo con la pérdida de clases al tener cerrada la escuela.

En Chiapas es muy común que se baje la cortina en las instituciones públicas y sólo reinician labores hasta que la Secretaría mande docentes que reemplacen a sus homólogos porque estos fueron acusados de actos deshonrosos. Se entiende que los mentores tienen derechos que no deben ser pisoteados, pero ello a que se pierdan clases, sí que es un problema muy difícil de reconocer y, por tanto, de actuar en consecuencia.

El problema de la Preparatoria número 1 tiene toda la semana y en esta casa editorial se dio cuenta de algunos episodios que pudieron llegar a la violencia física. El hecho ya ha sido notificado a la Secretaría de Educación. Los padres de familia decidieron acuerpar a los catedráticos, consolidando así las pruebas documentales y videos que hacen referencia al desfalco y a escenarios de violencia que se registraron al interior de las instalaciones.

El problema real es el dinero y al hacer mal uso de éste, los conflictos salen a la vista y aunque los directivos intentarán explicar dónde está, quien se lo gastó o en qué se invirtió, lo cierto es que las mejoras a la escuela deberían estar a la vista de todos, pues no es posible que, ante las altas temperaturas, los salones no tengan aire acondicionado.

Un problema serio porque por más empeño que se quiera prestar a las clases, “el estudio no entra” por la sencilla razón de que se está inestable en el salón. Justo es que como denuncian los padres de familia, mínimo para comprar equipos para los salones, se hubiese invertido.

Hace más de medio año que se dio la cooperación de mil pesos por cada alumno y recursos públicos que hacen un total de 4 millones de pesos para comprar lo necesario y ni aire acondicionado ni muebles, computadoras y baños dignos se tienen para complementar un servicio educativo, no se diga de primera, pero sí aceptable para la comunidad estudiantil.

El conflicto ahí está, la denuncia ante la Secretaría está presentada y los jóvenes en casa, desperdiciando días de aprendizaje que le deben de servir para enfrentar su futuro inmediato, que es el ingreso a nivel superior.

Incluso el zafarrancho que se presentó el lunes 4 de marzo, provocó que la querella haya llegado hasta la Fiscalía General del Estado contra el personal allegado al director para agredir a los padres de familia que no querían que se fueran al cierre

Además, los padres de familia presentaron una denuncia en la Fiscalía General del Estado en contra de trabajadores cercanos al director, luego de las agresiones recibidas el lunes 4 de marzo, cuando se opusieron a la decisión de suspender clases.

Qué tanto poder tiene el director o de quién está agarrado para darse el lujo de impedir que los maestros que están en su contra estén impedidos a realizar su trabajo.

Algo tiene que hacer y a la brevedad, la titular de la Secretaría de Educación, Aidé Domínguez Ochoa, para no permitir que se siga perdiendo clases, pues de ella depende resolver casos, como se dijo, triviales, que, por la inoperatividad de las autoridades, hunden cada día el sistema de aprendizaje de niños, adolescentes y jóvenes.

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