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Ni Nancy ni políticos se hacen presentes ante abusos de colectiveros

La insolencia y falta de respeto de la titular encargada de la Secretaría de Movilidad y Transportes, Nancy Vences Montiel, hacia los miles de usuarios del servicio de colectivo, no tiene ni una pizca de consideración para llamarla una digna representante de los intereses del pueblo chiapaneco. La funcionaria en mención asumió el cargo ante la renuncia de Aquiles Espinosa García, quien, todo parece indicar, sólo la dejó de aparador.

Lamentable que esta funcionaria no mueva un solo dedo para salir a aclarar la desfachatez de un grupo de abusivos y dizque transportistas, quienes falsificaron un documento público para justificar el incremento del pasaje en su modalidad de colectivo de 8 a 10 pesos.

Usted dirá que dos pesos no es mucho dinero, pero para un usuario que toma, mínimo dos unidades para trasladarse a la escuela, al negocio o a su trabajo, si se le suma a la semana o quincenalmente, es un buen dinero que podría utilizarse para complementar la compra de algún producto de la canasta básica.

Pero, dejemos el costo del supuesto aumento. El verdadero problema es la desfachatez, el descaro y la irreverencia de la funcionaria para permitir que se cobre un alza al precio de la tarifa, cuando ésta no se ha autorizado. Si bien en la liga de la página https://smyt.chiapas.gob.mx/ aparece el costo correcto de ocho pesos, por qué no se actuó y se actúa para sancionar a los colectiveros, que habría que agregar, se pasan de abusivos al contestar el reclamo de los usuarios, cuando les dicen que si no está de acuerdo que se bajen de la unidad.

Cuando se tienen funcionarios de cuarta o tienen amarradas las manos por decisión de quien le heredó el puesto, el resultado será un total fracaso a la función institucional que tiene como encomienda principal atender y resolver los reclamos ciudadanos, lo cual al final de cuentas, son los que pagan sus impuestos y que le solventan sus grandes salarios a servidores públicos que sólo calientan escritorios, pero que no dan resultados.

Acaso no lo más recomendable o propicio era que en ese momento se autorizara un operativo para detener a los colectiveros que se aprovechaban de la inocencia de los usuarios. Acaso en el momento de la detención de la unidad, los pasajeros no señalarían que efectivamente les han cobrado el excedente.

Hasta el momento, ni la secretaria de Movilidad y Transporte ni el delegado de la zona Metropolitana han tenido la decencia de abrir la boca para sincerarse de que no pueden hacer nada porque los que mandan en este negocio son los llamados “pulpos del transporte”.

Menos aún, que hayan informado a la opinión pública que, derivado de la falsificación del documento, la institución que representa Nancy Vences Montiel, haya interpuesto una demanda penal contra quienes hayan emprendido esta campaña engañosa.

El Código Penal Federal sanciona el delito de falsificación de documentos públicos con prisión de cuatro a ocho años y con una multa que va de 200 a 360 días. Pero, no, los chiapanecos tendrán que irse acostumbrando a estar solos cuando se es tiempo de impunidad.

Si el exsecretario Aquiles Espinosa tuviera un poco de vergüenza, por lo menos hubiese hecho una declaración para enseñarle, si es que él también lo sabe, sobre qué debe hacer su súbdita. La verdad que es decepcionante que los funcionarios se hinchen de paga sin trabajar, pero cuando deberían desquitarla, simplemente se esconden, no dan la cara.

Las agrupaciones de transportistas le han ganado la batalla a la Secretaría de Transporte pues no tienen unidades nuevas realizando el servicio del traslado de los usuarios, muchas de ellas sin seguro de vida y la constante es que en cualquier momento puede registrarse una desgracia por esta situación.

Por otro lado, dónde está la solidaridad o intervención directa de los aspirantes a la alcaldía de Tuxtla, dónde se encuentran los aspirantes a una diputación federal y al Senado para no acudir a acuerpar a los tuxtlecos que utilizan el servicio de colectivos. 

Justo en este momento es que se requiere su presencia para que encabecen un movimiento que exija respuestas claras de los funcionarios. En realidad, son hombres y mujeres que se dicen políticos o políticas, pero que el contexto en que están parados los exhibe como unos comodines que sólo andan engañando a la gente con sus promesas.

Esta es la ocasión propicia para ganar el voto, pero si no aparecen en tiempos de campaña, menos lo harán cuando estén en el poder. Pero, bueno, la culpa la tenemos los ciudadanos que llevamos al poder a verdaderos levanta dedos y no a hombres y mujeres comprometidos con el desarrollo y progreso de Chiapas, y en este caso, de Tuxtla. ¡Es una verdadera lástima!

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