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Editorial

Una buena señal

La importancia de que el sector religioso haga público y desde los púlpitos, el deseo de que a México le vaya bien con los nuevos gobernantes, que les dé sabiduría y la inteligencia suficiente para dar respuesta efectiva a los problemas que padece el país en general, es una muestra del respeto a los resultados que se dieron en las elecciones, aunque en su momento, la Iglesia Católica pareciera que tenía su vista en la candidata de la oposición.

Por eso trascendente que desde el editorial que publica esta semana el semanario Desde la Fe, los jerarcas de la fe cristiana hayan anunciado que desde las miles de iglesias que hay en el país, los sacerdotes que están al frente de las capillas o templos, oren porque a los candidatos y candidatas que hoy están en calidad de electos, les vaya bien, que trabajen por el bien de su municipio, distrito o jurisdicción que les corresponde.

Sin embargo, es más significativo que las plegarias se enfoquen en que se termine la violencia, que regrese la gobernabilidad en algunos estados donde hay desestabilización enmarcada por grupos subversivos que se disputan el poder en zonas importantes del territorio mexicano, sin dejar de citar también lo que sucede en el chiapaneco.

Su pronunciamiento que ya están poniendo en práctica desde los púlpitos también es al mismo tiempo, una oportunidad para que la Iglesia Católica aproveche para poner énfasis que con este fenómeno no le ha ido bien a México, por lo que ello lleva implícito evidenciar que en el actual gobierno no se ha aplicado la ley para combatir las prácticas violentas, que han llevado dolor y muerte en cientos de miles de familias que han perdido seres queridos.

El obispo de la Diócesis de San Cristóbal y también Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, Rodrigo Aguilar Martínez, dijo que le echarán una ayudadita a los candidatos a ver si así cumplen lo que prometieron en las campañas, pero además sugirió que trabajen sensata e incansablemente en reconstruir el tejido social y crear condiciones para la paz y un desarrollo sostenible.

Lo que se quiere decir es que alzaron la voz para denunciar que el próximo gobierno tiene la doble tarea de responder con resultados el voto de confianza que les dio el pueblo mexicano, y con ello, exigir acciones inmediatas para alcanzar la paz y terminar con la impunidad que se está convirtiendo en una calamidad para las familias.

Chiapas no las tiene todas consigo en este momento, pues hay zonas donde a pesar de la buena voluntad del gobierno por intervenir en la solución de conflictos añejos, éste no ha tenido la capacidad para convencer a los grupos en pugna que este no es el mejor camino para avanzar, para vivir en armonía.

Ni el mismo clero a través de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas ha logrado conciliar las enormes diferencias, por ejemplo, entre comunidades de los municipios de Aldama, Chenalhó o Pantelhó, como tampoco sus ruegos han servido para evitar que la violencia en Tila continúe generando el desplazamiento de cientos de familias que huyen del azote de dos grupos que quieren el dominio total del municipio indígena que se sitúa en la parte norte del estado.

Por ello destaca el trabajo que la Iglesia ha realizado por ministros de culto e integrantes de congregaciones y organizaciones afines, recogiendo opiniones que fueron plasmadas en la Agenda Nacional de Paz y el Compromiso por la Paz.

Lo interesante es que la grey católica ha convocado a realizar encuentros en donde participe la ciudadanía y los funcionarios de gobierno para dar seguimiento a los compromisos por la paz. Un esfuerzo que debería tener frutos desde el momento en que la política del sistema político mexicano cambie de estrategia, pues no habrá avance, por mucho que se quiera, si no se aplica la ley para combatir a los enemigos del mal. 

Cierto es que para que se abone a tener un nuevo escenario de paz, la educación, los valores y las buenas costumbres y principios, deben iniciarse e inculcarse con mayor firmeza desde la casa y la escuela.

Por lo pronto, esperemos que las oraciones que se hacen por los políticos lleve implícito que no deben ser manos largas en eso del manejo de los recursos, pues ya tenemos muchos ejemplos de que en lugar de castigarlos los premian, sino que le pregunten al diputado “indígena, José Uriel Estrada Martínez, el funcionario que se forró de paga, compró candidatura y ahora espera tomar protesta para seguir viviendo en la impunidad.

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