Marco Alvarado / Diario de Chiapas
Ubicada entre las reservas El Triunfo y La Sepultura, la reserva natural La Frailescana es más que 116 mil hectáreas de bosques de montaña, coníferas, selva caducifolia, selva húmeda, selva seca, bosque de encino y pastizal: su existencia garantiza el flujo genético de miles de especies que la utilizan como un corredor biológico.
La Frailescana no sólo es una maravilla natural y visual, también cumple con beneficios ecosistémicos al asegurar el desplazamiento de las especies, destacó Raúl Díaz Velázquez, encargado de la dirección del área de protección de recursos naturales, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Este sábado, La Frailescana cumple 42 años de haber sido reconocida como área de protección de recursos naturales, todos ellos invaluables para los chiapanecos.
Si bien su extensión abarca los municipios de Ángel Albino Corzo, La Concordia, Jiquipilas y Villaflores, es en Villacorzo donde se encuentra el 76 por ciento de la superficie, una extensión que le permiten ser un “corredor que favorece el flujo genético, tanto en la fauna como en la flora, lo que explica su enorme importancia para la conservación”.
También es un área de producción de agua, y ahora se sabe que esta reserva es clave en la regulación de temperatura y refugio de especies amenazadas como el jaguar.
Aunque solemos asociar a la región económica de La Frailesca con la producción agrícola, en esta área, Chiapas tiene un enclave natural importante, vulnerable a las actividades humanas, especialmente a los incendios, la cacería furtiva y la tala clandestina de especies como el pino, el cedro, la caoba y cada vez más el huanacaxtle, una madera cuya demanda crece debido a que es resistente a golpes con características moderadas de doblez, y muy buena resistencia al ataque de insectos, al agua y sol.
Aunque el programa de manejo que coordina la Conanp estableció que actividades como la apertura de bancos de material, la ampliación de la frontera agrícola/ganadera y el interrumpir, rellenar, desecar o desviar flujos hidráulicos ya no se permitirán, la zona sigue siendo vulnerable, alertó Díaz Velázquez.
“La población tiene que ser consciente de la riqueza y el cuidado que esta zona necesita, es importante que la cuidemos porque también es una gran productora de oxígeno, y una de las zonas de regulación necesarias para enfrentar el cambio climático”, destacó.
