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M de R/ Diario de Chiapas

Debido a la pandemia generada por la COVID-19, de acuerdo con cifras recogidas por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), al menos 71 millones de niños, niñas y adolescentes han sido afectados por el cierre de escuelas en América Latina y el Caribe.

Con el comienzo de la pandemia por COVID-19 en 2020, gobiernos de todo el mundo tuvieron que tomar distintas acciones para proteger a las niñas, niños y adolescentes que asistían a diversos centros educativos para tomar clases. Dentro de dichas acciones se encuentran el cierre de las aulas presenciales, la adopción de modelos híbridos de enseñanza o el vuelco entero a la educación a distancia. Sin embargo, esto sólo expuso la fragilidad de los sistemas educativos en países que no cuentan con lo suficiente para llevar a cabo este modelo.

 

EL CASO MEXICANO

En México se adoptó la estrategia “Aprende en Casa”, la cual consiste en la revisión de temas de educación básica a través de medios comunicación tradicionales, especialmente a través de la televisión y la radio pública; complementado con diversos cuadernillos de trabajo, a los que se podía acceder a través de las páginas web institucionales. Posterior a esto, docentes podrán retroalimentar a las y los alumnos a través de aulas virtuales como Google Classroom o por chats directos, utilizando servicios de mensajería como WhatsApp o Telegram.

Sin embargo, el país no cuenta con un servicio generalizado de atención, provocando así que, estudiantes que no se encontraban en zonas geográficas con cobertura, quedarán prácticamente a la deriva; a pesar de los esfuerzos titánicos que pudieran realizar los docentes mexicanos.

VUELTA A LAS AULAS… ¿ES EN VERDAD NECESARIO?

En el mundo, poco a poco, se ha regresado a las aulas, todo esto apoyado con diversos protocolos impulsados por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS); pero con el avance de las diversas variantes que se han registrado al menos en 2021, pareciera ser que todo plan de regresar a clases presenciales parecería parte del pasado.

Diversos especialistas educativos han inferido que es necesario el regreso a clases por el carácter de socialización con el que se cuenta al acudir a un aula, sin embargo, en un mundo en donde aún no se ha garantizado la protección de niñas, niños y adolescentes a través de la vacunación y la mitigación de los efectos de la pandemia, esto parece imposible. La vida está por encima de todo.

 Relajar las medidas para combatir el contagio de COVID-19 no es opción y, hoy, el único escenario posible para mejorar e impulsar el bienestar en la niñez y las juventudes es reforzar las medidas de la educación a distancia; principalmente mejorando la infraestructura y atacando directamente las brechas de conexión digital, desde el acceso a internet, hasta poder contar con dispositivos tecnológicos suficientes para poder continuar tomando clases desde casa.

 

ALGUNAS  SOLUCIONES

En países como Estados Unidos o en naciones de la Unión Europea, los gobiernos han optado por la adquisición de dispositivos, la compra de programas y aplicaciones móviles para garantizar que nadie se quede sin educación, provocando así que el futuro de sus naciones no pierda el ritmo y los docentes continúen con su labor.

En México, aunque se ha adoptado el modelo “Aprende en Casa” y en algunos estados la vuelta a clases presenciales, esto no es suficiente e, inclusive, es peligroso ante el aumento de casos por la variante Ómicron.

Sabedores de esta situación, Congregación Mariana Trinitaria creó el Programa “Aportación Solidaria para la Tecnología y Conectividad CMT”, que tiene como fin último el dotar de este importante servicio, así como de dispositivos necesarios para navegar, principalmente para que la educación en el país continúe.

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