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“China es un gigante dormido. Déjenla dormir, porque cuando despierte, sacudirá el mundo” Napoleón Bonaparte

Reflexiones

Fernando Álvarez Simán

“China es un gigante dormido. Déjenla dormir, porque cuando despierte, sacudirá el mundo”

Napoleón Bonaparte

Con 91 millones de miembros, el Partido Comunista Chino (PCCh) es el segundo partido político más grande del mundo. Solo es superado por los 180 millones de miembros del Partido “Bharatiya Janata” de la India. Determinado a no crecer más en militancia para evitar el “burocratismo”, el PCCh se apoya en ocho partidos políticos más que están subordinados a la dirigencia.

Si bien una de las razones del PCCh para permitir la coexistencia con otros partidos políticos es evitar su burocratización, otra de las razones es que, en China, existen dos regiones administrativas diferentes al sistema político-económico nacional; Hong Kong y Macao. Pero el dominio del PCCh es tal, que en la práctica y por mandato constitucional, China es un estado de “partido único”. Cada año, el partido recibe en promedio 20 millones de solicitudes de ingreso, pero cada año las aceptaciones de ingreso son menos y ellas se autorizan luego de un año de prueba al solicitante.

El control del PCCh a los demás partidos políticos del país es a través de un organismo creado expresamente para ello; el “Frente Unido”. En el frente, los demás partidos deben aceptar el “papel de liderazgo” del PCCh como condición para su existencia y continuidad. La propia constitución del país dicta que en el gigante oriental existe un “sistema de cooperación multipartidista y de consulta política liderado por el Partido Comunista de China existirá y se desarrollará durante mucho tiempo”.

A la par de la importancia ideológica y política del PCCh, el “Frente Unido” tiene una relevancia estratégica porque está enfocado a la promoción comercial e industrial china, dentro y fuera de sus fronteras como una especie de captación de talento de líderes emergentes e innovadores tecnológicos. De hecho, el presupuesto anual del “Frente Unido” es más alto que el del Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno chino.

Gigante pero efectivo, el PCCh tiene comités en cada ciudad, municipio, colonia o barrio. Estos comités desempeñan un papel clave en la dirección de la política local mediante la selección de líderes locales y la asignación de tareas críticas. El financiamiento llega directo del gobierno federal y los líderes de cada nivel no proporcionan los datos de ese financiamiento, salvo los líderes de barrios y colonias.

Con el tiempo, los criterios para ser militantes del partido han cambiado, los criterios ideológicos ya no son los más importantes sino la preparación académica y las destrezas técnicas o culturales. La vía preferida por los ciudadanos chinos para ingresar al PCCh es la militancia en la Liga de las Juventudes Comunistas, que acepta miembros desde los 14 años de edad y hasta los 29. La liga supera al partido en militancia, tiene 89 millones de miembros.

La forma como la alta dirigencia china y el PCCh materializan su poder y las políticas públicas es a través de los “planes quinquenales”. Que son una serie de iniciativas de desarrollo económico y social que el gobierno central emite cada cinco años desde 1956. Ello se logra a través de sesiones plenarias del Comité Central del PCCh y los congresos nacionales.

El último congreso; el número 19, se realizó en octubre del 2017 luego de un año de preparativos y en los hechos, reafirmó el liderazgo del actual líder nacional XI Jinping y formuló el 13º plan quinquenal nacional. Pero además determinó el nuevo rumbo de China: más acercamiento a la tecnología y la innovación. Desde ese año y a la fecha, las políticas dictadas en el congreso, pasan a revisión periódica en plenos del Comité Central que son anuales.

Objetivos antiguos y prioridades cambiantes

El férreo control político y la apertura económica han logrado resultados impresionantes en China, el PCCh ha sacado de la pobreza extrema a 55.7 millones de habitantes. Los últimos cinco años la producción de arroz y cereales se ha mantenido en 1,300 millones de toneladas anuales, la apertura al mundo se amplía vía relaciones diplomáticas, comerciales o con créditos a los países en desarrollo.

Desde el plan quinquenal anterior y a la fecha, se han creado 60 millones de nuevos empleos. Además, China tiene el sistema de seguridad social más grande del mundo. El seguro médico básico cubre a más de 1,300 millones de personas y proporciona pensiones básicas. Los seguros de vida o comerciales cubren a casi mil millones de personas.

La Quinta Sesión Plenaria del XIX Congreso del Partido Comunista de China se llevó a cabo en Beijing del 26 al 29 de octubre de este año. La reunión estuvo dirigida por Xi Jinping, secretario general del Comité Central y líder del gobierno chino. El líder expuso a la plenaria los avances del 13º Plan Quincenal, el primer borrador del 14º y los objetivos del desarrollo nacional al 2035.

La sesión plenaria analizó en profundidad los profundos y complejos cambios que enfrenta el entorno de desarrollo de China y cree que el desarrollo del país aún se encuentra en un período de importantes oportunidades estratégicas en el presente y en el futuro, pero hay nuevos desarrollos y cambios en oportunidades y desafíos.

Dentro de los objetivos inmediatos, se acordó fortalecer la apertura comercial, coordinar la prevención y el control de la pandemia del Coronavirus y que el trabajo de desarrollo económico y social nacional, anteponga primero la seguridad laboral, de la vida y la salud de las personas.

La sesión plenaria propuso que la innovación debería ser el núcleo del nuevo impulso de modernización de China, y que la ciencia y la tecnología deberían ser autosuficientes como apoyo estratégico para el desarrollo nacional. Para ello propuso que es necesario fortalecer la fuerza científica y tecnológica estratégica nacional, mejorar las capacidades de innovación tecnológica de las empresas, estimular la vitalidad creativa de los talentos nacionales y los mecanismos nacionales de innovación tecnológica.

El pleno propone la creación de una China digital, modernizar la base industrial avanzada, modernizar la cadena industrial y mejorar la calidad económica, la eficiencia y la competitividad; desarrollar industrias emergentes estratégicas y promover la revolución energética. Aunado a ello, propone también fortalecer el mercado interno.

La innovación, el muevo motor de desarrollo chino

Con vigencia desde el 2016 y hasta finales de este año, los propósitos del 13º Plan Quinquenal chino vigente son en primer lugar la innovación avanzando en la cadena de valor abandonando la vieja industria pesada y construyendo las bases de infraestructura moderna. Lograr también el equilibrio entre el bienestar del campo y los centros urbanos distribuyendo los recursos de manera más eficiente.

Otro propósito es lograr el desarrollo de la industria de la tecnología ambiental, así como la vida ecológica y la cultura ecológica para conseguir una mejora general de la calidad del medio ambiente y los ecosistemas. Incluso, otra de las metas es la apertura china, es decir, darle más importancia a la más cooperación internacional y ante la emergencia sanitaria del Coronavirus, lograr la asistencia sanitaria universal.

El plan quinquenal actual y el diseño del siguiente, responden al liderazgo de Xi Jinping, quien condensa sus propuestas en el lema que promueve por todos los rincones del país: “el sueño chino”. El concepto resume 4 políticas públicas fundamentales; la prosperidad china, el esfuerzo colectivo, el socialismo y la gloria nacional.

La meta es que China pueda convertirse en una nación completamente desarrollada en el año 2049, centenario de la fundación de la República Popular. Para lograrlo, Xi Jinping propone cinco modernizaciones; la económica, la política, la diplomática, la científica y la militar. El líder insiste en que lograr el sueño chino incluye duplicar el PIB per cápita y urbanizar a mil millones de personas. Es decir, el 70 por ciento de la población de China para el 2030.

En busca de la modernización, Xi Jinping canceló en el 2015 la cuestionada política del “hijo único”. Que era un mandato legal exclusivo para la etnia Han, la más numerosa de China y del mundo y no se implementaba en varias zonas rurales. Las demás etnias estaban exentas de esta polémica política. Pero los datos demográficos chinos indican el envejecimiento de la población actual. La nueva política impulsada por el líder chino es la de los “dos hijos”. En consecuencia, al año siguiente, las tasas demográficas chinas, comenzaron a experimentar un alza.

La supremacía, un camino difícil pero no imposible

China tiene un fuerte desarrollo económico orientado hacia el exterior, pero también con una gran fortaleza dentro del país; es decir, en su mercado interno. A pesar de la dureza del régimen, la mayor tensión se da entre China y el resto de Asia. El aumento de su influencia regional hace que tenga malas relaciones con sus vecinos asiáticos.

Hay disputas con sus vecinos: con Japón por las islas fronterizas, con Taiwán y con Vietnam, Filipinas, sobre la soberanía del Mar de China Meridional y más recientemente, disputas con la India. China necesita resolver esas disputas con sus vecinos, si quiere avanzar con rapidez en la influencia regional, la otra vía es por supuesto la imposición de la fuerza sino de la guerra, por lo menos la diplomática y financiera.

Consciente de ello, el alto mando chino busca con sus vecinos imponer su cultura. Incluso dándole difusión a las historias de éxito de su élite empresarial e invitando a jóvenes de los países vecinos a hacer posgrados en sus universidades que cada vez más suben de calidad en los rankings educativos internacionales.

No son pocos los analistas que creen que los grandes retos del gigante oriental no son externos, sino internos. El avance educativo, el crecimiento de la clase media, el acceso a nuevas tecnologías, es posible que hagan que los ciudadanos pidan más libertad política. Sin embargo, también se analiza la capacidad china de reinventar al país y descarrilar la idea occidental de que el crecimiento y desarrollo económico solo se pueden lograr con las mayores libertades individuales y colectivas posibles.

El régimen político autoritario chino pone a revisión esos conceptos y que, en el fondo, representan el temor de occidente de que la dureza política china sea más efectiva que la democracia occidental. Actualmente China tiene una posición extraordinaria de crecimiento económico, con capacidad empresarial e innovación real, especialmente en el sector privado lo que la lleva al camino de incrementar su influencia mundial

La gran interrogante es si al momento de avanzar en influencia mundial, el PCCh será menos intolerante con las libertades individuales de sus ciudadanos o privilegiará la tradicional dureza. El próximo plan quinquenal del 2021 probablemente arroje luces sobre los propósitos de la influencia mundial china.

*Docente-Investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas

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