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8 de julio de 1914, firma del pacto de Torreón

Dr. Gilberto de los Santos Cruz

El 24 de junio de 1914, horas después de haber obtenido la victoria en la ciudad de Zacatecas Francisco villa ordenó al Gral. Felipe Ángeles que iniciara la marcha rumbo al centro del país.

Venustiano  Carranza actuó de inmediato destituyó como Subsecretario de Guerra a Felipe Ángeles, premió a los Generales Álvaro Obregón y Pablo González ascendiéndolos a divisionarios e ignoró a Francisco Villa el cual siguió con el rango de brigadier, ordenó a las autoridades municipales de Monclova Coahuila que suspendieran los envíos de carbón utilizado a manera de combustible por las locomotoras de la división del norte, giró instrucciones para detener los embarques de armamento que provenían de Tampico y Nuevo Laredo  hacia las fuerzas  villistas. Todo esto obligó a la División del Norte a suspender su traslado a la capital del país, sin embargo, la presión que ejercían los integrantes del ala radical pequeñoburguesa del ejército constitucionalista obligó a Venustiano Carranza a dar su anuencia para que se efectuaran conversaciones con los integrantes de la división del norte y tratar de dar así solución a los probemos ideológicos y políticos surgidos entre los dos principales jefes del ejército antihuertista.

Venustiano Carranza promulgó el Plan de Guadalupe desconociendo a Huerta al que se le sumaron los sonorenses. Empezaron las pugnas entre los caudillos. El pacto de Torreón era necesario para pacificar a los generales de la División del Norte y de las otras Divisiones. Se trataba de reformas al Plan de Guadalupe.

El pacto se llevó a cabo en la ciudad de Torreón, el 4 de julio de 1914, se reunieron en el Banco de Coahuila, el general José Isabel Robles, doctor Miguel Silva, ingeniero Manuel Bonilla, coronel Roque González Garza, como secretario y los señores Antonio I. Villarreal, Cesáreo Castro y Luis Caballero, como representantes de la División del Noreste, siendo secretario Ernesto Meade Fierro con el objeto de zanjar las dificultades surgidas entre los jefes de la División del Norte y el Primer Jefe de Ejército Constitucionalista.

En esta famosa reunión, Villa aceptó la Primera Jefatura de Carranza y éste la de Villa en la División del Norte, pero los villistas pusieron dos condiciones: la primera que el Primer Jefe al hacerse cargo del Ejecutivo convocaría a una Convención con los jefes militares, con delegados a razón de uno por cada mil soldados, la cual fijaría fechas para elecciones de Presidente y del Congreso y aportaría el programa para el gobierno y la segunda: “Siendo la actual contienda una lucha de los desheredados contra los abusos de los poderosos, las Divisiones del Norte y del Noreste se comprometen solemnemente a combatir hasta que desaparezca por completo el ejército ex federal el que será sustituido por el Ejército Constitucionalista, e implantar en nuestra nación el régimen democrático.

El pacto de Torreón se firmó el día 8, fue rechazado por Carranza, pero se ve enfrentado por los jefes de su ejército del Noroeste y bajo su presión acude a la Convención en Aguascalientes el 10 de octubre de 1914 en el Teatro Morelos presidida por Antonio I. Villarreal. Se nombra presidente Interino a Eulalio Gutiérrez. Obregón y los carrancistas radicales desconocen la Convención. Y continuará la lucha.

Lo más importante de estas pláticas fue el artículo 8º. Conocido como la cláusula de oro en donde planteaban el compromiso de que al triunfo de la Revolución procurarían por el bienestar de los obreros, a emancipar económicamente a los campesinos, realizando una distribución equitativa de tierras, que ayudaran a la solución del problema agrario, también se mencionaba que deberían ser castigados los miembros del clero católico romano que hubieran colaborados con el gobierno huertista. Con estas medidas se creía que los conflictos surgidos entre Francisco Villa y Venustiano Carranza se darían por finiquitados.

Pero la actitud tramposa del primer jefe del ejército Constitucionalista quedó constatada cuando un mes después declaró que él no reconocía el pacto, puesto que lo firmaron los integrantes del ejército del Noreste y que únicamente aprobaba lo referente a la subordinación de la división del norte, a su jefatura, pero no el contenido menos el compromiso de integrar un gabinete de trabajo ambivalente, así como llamar a una convención de jefes militares.

Realizaba Carranza estas aseveraciones mientras, las tropas de Álvaro Obregón se encontraban en los suburbios de la Ciudad de México. El primer jefe del Ejército Constitucionalista había logrado retrasar con esta acción política la toma de la capital de la Republica por los Ejércitos campesinos del Norte.

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