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Dr. Gilberto de los Santos Cruz

A finales del gobierno de más de treinta años del presidente Porfirio Díaz la educación primaria estaba dividida en elemental, de tres o cuatro años según la entidad, y superior de dos años. Las autoridades empleaban el término instrucción “secundaria” para referirse a cualquier estudio posprimario ya fuera educación técnica, normal, profesional o la enseñanza impartida en la Escuela Normal Preparatoria (ENP). La escuela secundaria se desprendió de la preparatoria lentamente y después de que ésta sufrió innumerables cambios. La ENP, creada en 1867 por Gabino Barrera con una orientación claramente positivista, tenía como propósito principal preparar al alumno para el ingreso a las carreras profesionales universitarias. Muchas voces provenientes de los intelectuales porfiristas, alarmados por el carácter elitista de la institución que cerraba la puerta a muchos estudiantes y les dificultaba continuar sus estudios más allá de la primaria, intentaron, en el segundo Congreso de Instrucción en 1891, redefinir la naturaleza y los objetivos de la ENP y buscar una nueva opción de educación secundaria. Los congresistas no llegaron más lejos que reiterar el carácter educativo e integral de los estudios preparatorios y reconocerles un valor propio que se certificarían con un diploma, sin ligarlos necesariamente a los profesionales, A partir del Congreso se entendió el plan de formación que comprendía la preparatoria y la secundaria a seis años y se terminó su uniformidad para todas las carreras y en toda la república, lo que en la práctica no pasó de ser un mero deseo. La definición del carácter de la Escuela Normal Preparatoria continuó inquietando por años a varios profesores universitarios. De ahí en adelante la institución fue objeto de varias reformas: su programa se hacía más breve o se enriquecía de acuerdo con el criterio de las autoridades en turno o por la fuerza de acontecimientos que sucedían al país y hacían necesarios dichos cambios. Durante el Huertismo fue organizada como una escuela militar y demás se intentó despojar de su carácter positiva y hacer su currículum más flexible, disminuyendo las ciencias naturales y las matemáticas y aumento las materias humanísticas. José Vasconcelos como director de la preparatoria en el gobierno de Carranza de inmediato destituyó a la institución su carácter civil. La preparatoria continuó con tendencias anti positivas y sujetas a los cambios políticos. Sin embargo, el Secretario de instrucción, Félix Palavicini, intentó modificar el currículum de la preparatoria estableciendo materias electivas de acuerdo con el destino profesional de los jóvenes. Estos cambios no pasaron de ser meros proyectos. Al iniciarse el año de 1916, el presidente Venustiano Carranza propuso y se estableció desligar la Preparatoria de la Universidad, con la idea de que las universidades deberían contar sólo con escuelas universitarias. Otro de los cambios que trajo consigo el régimen Carrancista fue la eliminación de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1917, que puso a la Escuela Nacional Preparatoria en manos del gobierno municipal y después bajo la Dirección General de Educación. El gobierno de Plutarco Elías Calles consolidó institucionalmente en 1925, la creación de las escuelas secundarias en México a través del decreto de diciembre 22 del mismo año que creó la dirección de escuelas secundarias dependiente de la SEP consolidando su organización al dar vida independiente y autonomía propia al separarlo de la dependencia de la Escuela Nacional Preparatoria. La memoria de la Secretaría de Educación Pública de 1928, señala ya la existencia de 15 escuelas secundarias particulares, siete federales y 32 estatales. Para 1935, ya funcionaban más de 65 escuelas secundarias oficiales y particulares con una población de 15,620 alumnos, el creciente número de escuelas secundarias creó las condiciones de la necesidad de capacitar y formar de manera sistemática a personal docente de manera profesional para ejercer como profesores en las escuelas secundarias. La iniciativa de la creación de formar profesores para la educación secundaria provoca debates, conflictos y propuestas donde diversos actores y sus saberes participan generando con ello una producción de diversos caracteres simbólicos. La situación anterior instituyó las condiciones para la constitución de un campo de producción simbólica en la formación de profesores de secundaria. En 1926 por decreto número 1848, expedido por el entonces C. Presidente de la República, Licenciado Plutarco Elías Calles, se autorizó a la Secretaría de Educación Pública la creación de las escuelas secundarias en México. En virtud de la importancia del mencionado decreto, se reproduce a continuación: “Al margen un sello que dice: Estados Unidos Mexicanos. Presidencia de la República; número 1848.—Al centro Plutarco Elías Calles, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos a sus habitantes, sabed: que en uso de las facultades de que goza el ejecutivo de la Unión conforme a la fracción 1, del artículo 89 de la Constitución General de la República y considerando: que la doctrina democrática implica mayor amplitud de oportunidad educativa para todos los niños y jóvenes del país para lo cual debe extender el sistema escolar tan pronto como las necesidades sociales lo requieran y las condiciones pecuniarias lo permitan, a fin de llegar no solamente a los niveles mínimos de educación representados por la Escuela Primaria sino a aquellos que se alcanzan mediante escuelas secundarias; CONSIDERANDO, además que la tendencia actual es ofrecer una educación secundaria para todos los jóvenes, e instituir un sistema que haga posible y deseable que la mayor parte, si no todos los niños que terminan el sexto año de la escuela primaria pueden y quieran concurrir con provecho a una escuela secundaria; CONSIDERANDO que en el Distrito Federal se justifica la organización de un amplio sistema de escuelas secundarias;  y CONSIDERANDO por último que los actuales edificios de la Escuela Nacional Preparatoria son suficientes para contener el creciente número de alumnos que desea inscribirse año tras año, en los cursos secundarios. Por todas estas consideraciones y en uso de las facultades extraordinarias de que estoy investido en el Ramo de Hacienda, he tenido a bien expedir el siguiente DECRETO: ARTÍCULO ÚNICO. Se autoriza a la Secretaría de Educación Pública para crear escuelas dándoles la organización que, dentro de las leyes establecidas y los postulados democráticos educativos, estime conveniente. Las escuelas secundarias cuya creación se autoriza, serán equivalentes en programas y sanciones al llamado Ciclo Secundario de la Escuela Nacional Preparatoria. Por tanto, mando se imprima, publique, circule, y se le de el debido cumplimiento. Dado en el Palacio del Poder Ejecutivo Federal de México, a los veintinueve días del mes de agosto de mil novecientos veinticinco. El Presidente de la República. Firmado P. Elías Calles. El Secretario de Educación Pública. Firmado. Fernando Manuel Puig Casauranc. México 30 de diciembre de 1925. El decreto precisa los objetivos que se persiguieron al crear la escuela secundaria, destacándose fundamentalmente los siguientes: 1. Ofrecer al mayor número de adolescentes y jóvenes la oportunidad de realizar estudios de secundaria. La escuela secundaria mexicana surgió como una institución escolar dedicada especialmente para la formación de los adolescentes. 2. El establecimiento de la escuela secundaria se Orientó su acción educativa con base en los postulados democráticos y en el espíritu del artículo tercero constitucional.

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