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Palabras que confirman que no hay nada nuevo bajo el Sol

Eduardo Ruiz-Healy

“Vengo buscando el corazón del pueblo, y antes de emprender esta contienda política, no consulté cuántos poderosos apoyarían mi candidatura (…) Contamos con nuestra fuerza moral incontrastable, y no podremos ser vencidos por nadie.

“El pueblo ha evolucionado ya, y está resuelto a hacer uso de sus derechos y de las libertades…

“Desde que se inició este movimiento político, lucharon dos clases de intereses: los intereses materiales y los intereses morales: un grupo de hombres que se ha congregado alrededor del Poder Público, ocupando puestos elevados, encaminó todos sus esfuerzos a satisfacer sus ambiciones, acumulando riquezas (…) y cuando el pueblo iniciaba un movimiento democrático para designar un representante que recibiera el poder, los hombres de aquel grupo creyeron que el pueblo de la República les daría su confianza y los dejaría en el poder. Quisieron llegar hasta el pueblo, y éste los rechazó, porque no habían cumplido fielmente la misión que se les había confiado, pues en vez de cuidar de la moralidad administrativa, y de dignificar a la patria, dedicaron sus esfuerzos a improvisar fortunas.

“Es por eso que continuamos la lucha, desafiando la ira de la prensa reaccionaria, que ha visto con profundo dolor cómo han fracasado ya sus candidatos…

“Los agentes de la reacción propagan la alarma, porque se expiden leyes que aparentemente consideran malas, y que, por afectar las viejas costumbres, les oponen resistencia, suponiéndolas dañosas.

“La reacción que representa el mal, no se contrae a ejercitar su acción dentro del límite de nuestras fronteras, y se alía a los grandes intereses materiales de más allá de nuestra patria…

“Es reacción, la injuria constante de la prensa subvencionada por los residuos del elemento conservador, y en muchos de los Estados de la República para proteger los intereses de los grupos que la tienen pagada.

“México no es campo de explotación ni conquista.

“Los intereses materiales de dentro y de fuera del país, acumulados en su mayoría bajo el amparo de privilegios concedidos movieron sus rotativos y entraron en acción con todos los elementos que disponían contra un gobierno que rompía con todos los precedentes establecidos y provocaba, al decir de ellos, un desquiciamiento social. Editoriales de la prensa reaccionaria se leían todos los días desvirtuando la verdad y tergiversando los hechos…”.

¿Suenan familiares estas palabras? Aunque muchos lo duden, no fueron pronunciadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador sino por Álvaro Obregón durante su campaña para reelegirse como presidente de México en 1928, lo cual confirma que no hay nada nuevo bajo el Sol. Desde siempre, los populistas han dicho casi lo mismo.

Ojalá que a AMLO nunca se le ocurra inspirarse en otras palabras de Obregón, como las siguientes que pronunció para justificar su traición a la consigna maderista de “Sufragio Efectivo. No reelección”:

“Los llamados “antirreeleccionistas” invocan el nombre del señor Madero dizque para salvar un principio político, olvidando que el señor Madero está consagrado como apóstol, y que los apóstoles en materia política no existen.

“En la lucha vecina, el falso ‘antirreeleccionismo’ será el antifaz del partido conservador, y de los revolucionarios aliados a él”.

ruizhealytimes.com

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