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“En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento” Albert Einstein

Reflexiones

Fernando Álvarez Simán

“En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”

Albert Einstein

Falta menos de un mes para que en Estados Unidos, las elecciones presidenciales número 59 programadas para este 3 de noviembre se lleven a cabo. Son denominadas elecciones “indirectas” porque es un “Colegio Electoral” cuyos integrantes en base a los resultados electorales y las leyes americanas, designan al presidente de la nación y también al vicepresidente.

Ese colegio votará por presidente y vicepresidente el 14 de diciembre y los designados tomarán protesta de sus cargos el 20 de enero del 2021. Por el Partido Republicano el actual presidente Donald Trump busca la única reelección que le permite la ley; por los Demócratas será el ex vicepresidente Joe Biden quien busca ocupar la oficina oval de la Casa Blanca.

Donald Trump y Joe Biden son los candidatos de mayor edad con la posibilidad de ser elegidos presidente. Si se convierte en el próximo presidente americano, Joe Biden a sus 78 años cumplidos, será la persona de mayor edad en servir. Mientras que Trump se convertiría en el mayor también a los 78, siempre y cuando cumpla un segundo mandato completo.

Cualquiera de los dos candidatos superaría en el cargo al expresidente Ronald Reagan quien tenía 77 años de edad al final de su mandato de dos periodos. Incluso, esta es la primera elección presidencial en la que ambos candidatos a la presidencia estadounidense tienen más de 70 años.

La campaña político electoral del 2020 es calificada de “campaña atípica” porque está ocurriendo en medio de la pandemia internacional del Coronavirus, por los ataques en las redes sociales y el debate político de los candidatos, por la crisis mundial desatada por la emergencia sanitaria y porque el propio presidente Trump anunció que era positivo al Covid19. Sin embargo, la campaña es además de atípica, histórica.

Durante el periodo electoral el presidente Trump fue llevado a un juicio político del que salió absuelto por el Senado dominado por miembros de su partido. Esta es la segunda vez que un presidente americano es acusado durante su primer mandato mientras se postula para un segundo. Trump continuó realizando mítines de campaña durante el juicio político.

Además, varios mítines de los candidatos a la presidencia e incluso al congreso y las gubernaturas en juego se ha modificaron o fueron pospuestos debido a la pandemia de Coronavirus. Generalmente, la campaña electoral 2020 se realizó vía electrónica o en eventos con pocos simpatizantes.

En esas circunstancias, el 2 de octubre el presidente Trump y su esposa Melania dieron positivo al Coronavirus incluidos otros miembros del staff de la Casa Blanca. Tanto el presidente como la primera dama entraron inmediatamente en cuarentena, lo que impidió que Trump siguiera haciendo campaña. Más tarde ese mismo día, el presidente fue admitido en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed y se informó que había recibido un tratamiento experimental con anticuerpos.

Las encuestas indican que, hasta el momento, Joe Biden aventaja a Trump por diez puntos para ser elegido presidente. Tanto en la elección popular como en la nominación por el Colegio Electoral. Trump tendría poco tiempo para superar la ventaja. Pero ante los hechos de las elecciones de hace cuatro años en donde Hillary Clinton siempre aventajó el voto popular y perdió la del colegio, Trump todavía tendría la esperanza de retener la presidencia.

Una campaña atípica

El Coronavirus ha dominado el lenguaje político de la campaña al resultar positivo el presidente. El diagnóstico de Trump se produjo solo dos días después de que compartiera el escenario con Joe Biden en el primer debate presidencial. Esto llevó a la preocupación de que Biden pudiera haber contraído el virus de Trump; sin embargo, el candidato demócrata dio negativo a la prueba.

El diagnóstico de Trump con COVID-19 fue ampliamente visto por los analistas americanos como un efecto negativo en su campaña porque siempre minimizó ante la opinión pública el impacto nacional y global de la pandemia y además porque al resultar negativo, Biden continuó haciendo campaña. Fue en ese momento en que la ventaja inicial de Biden aumentó de 7 a 10 puntos porcentuales.

Además del problema de la pandemia, los rumores de que el resultado de la campaña será resuelto legalmente en la corte nublan también el proceso electoral. El presidente Trump ha sugerido por las redes sociales de que no aceptará la derrota y ha sostenido una posición ambigua cuando la prensa lo cuestiona. Pero en los mítines repite que “la única forma en que vamos a perder esta elección es si esta elección está amañada”. Restándole certidumbre al proceso electoral.

Trump también afirmó que esperaba que la Corte Suprema decidiera la elección y que quería una mayoría conservadora en caso de una disputa poselectoral, reiterando su compromiso de designar un nuevo juez tras la muerte de Ruth Bader Ginsburg, cambiando el equilibrio de la corte hacia el lado conservador.

Adicionalmente en abril, mientras se recrudecían los efectos de la pandemia del Coronavirus Biden afirmó que Trump podría intentar retrasar las elecciones. Y es que Trump sostuvo que, con la votación por correo, la del 2020 serán las elecciones más fraudulentas de la historia. Pidió que las elecciones pudieran retrasarse hasta que las personas pudieran votar de manera segura. Este año, debido a la pandemia, se espera que hasta 80 millones de votos se den vía el correo. Cifra que representa el doble de los votos por esta vía en el 2016.

Desde 1987 cuando los partidos republicano y demócrata acordaron el formato de los debates, existe una comisión denominada de los “debates presidenciales” que define fechas, lugares y formato de los debates presidenciales y por la vicepresidencia. Esa comisión acordó que los debates de este año serían tres.

El primero de ellos tuvo lugar el 29 de septiembre. El 7 de octubre tuvo lugar el debate entre los candidatos a vicepresidente Mike Pence por el partido republicano y Kamala Harris por el demócrata. Se programaron otros dos debates para el 15 de octubre y el 22 de octubre, aunque el debate del 15 de octubre se canceló más tarde debido al diagnóstico de COVID-19 de Trump y su negativa a aparecer de forma remota en lugar de en persona.

La plataforma política de Joe Biden

Joseph Robinette Biden Jr. Conocido simplemente como Joe Biden fue Senador de los Estados Unidos desde 1972 y hasta el 2009. Reelegido 6 veces al Senado, Biden buscó sin éxito la nominación presidencial demócrata en 1988 y en 2008. Sin ser el favorito, la actual campaña de Biden comenzó en Filadelfia, Pennsylvania y creció hasta derrotar a sus oponentes de partido.

Practicante del catolicismo por influencia de su madre de ascendencia irlandesa, en caso de llegar a la Casa Blanca, Joe Biden sería apenas el segundo presidente en la historia americana con esa fe religiosa en ocupar la oficina oval de la Casa Blanca. Solo detrás de John F. Kennedy.

La campaña de Biden se centra alrededor de propuestas para empoderar a la clase media, a través de mejoras en los programas de educación, inversión en instalaciones escolares, una reforma fiscal en favor de la clase media y garantías a la salud universal, especialmente para grupos vulnerables.

Biden al contrario de Trump, ofrece apoyar el libre comercio entre países e ir en contra de la imposición de tarifas comerciales, como primer punto propone renegociar el Acuerdo Transpacífico (TPP) del que Estados Unidos se retiró bajo la presidencia de Donald Trump. En materia de política interna, propone aumentar el gasto en infraestructura e invertir hasta 20 mil millones de dólares para instalar conectividad de banda ancha en todo el país especialmente en las zonas rurales.

Otra diferencia notable con Trump son los temas migratorios, Biden propone apoyar con la ciudadanía americana para los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en los Estados Unidos, entre ellos incluyendo a los denominados jóvenes “dreamers”.

Biden dice también que aumentará la seguridad en las fronteras, aeropuertos y puertos marítimos, pero que incrementará el apoyo económico a los países de Centroamérica, especialmente Honduras, Guatemala y El Salvador para reducir el flujo de inmigrantes hacia los Estados Unidos e incluso aumentar el número de refugiados que su país acepta anualmente.

El escenario poselectoral

En Estados Unidos, los analistas creen que la sacudida política en el país se dará en el intervalo desde el día de las elecciones hasta la toma de posesión del próximo presidente. Ese periodo comprende 79 días. El problema dice los expertos, es que la Constitución americana no asegura la transición pacífica del poder, sino que la presupone. Por eso, en caso de conflicto poselectoral, la decisión final tendrá que ser tomada por la Corte. Es ahí en donde el partido republicano mantiene el equilibrio de su lado.

El ritual americano electoral implica que la noche de la jornada electoral sea visto por los ciudadanos de ese país como un deber cívico que el perdedor felicite al ganador de la contienda. Primero fue por telegrama, luego vía llamada telefónica entre los dos contendientes y más recientemente, a través de un discurso político y público. La pregunta que se hacen los electores americanos es si en caso de perder las elecciones, Trump felicitará a su oponente.

Ese ritual solo ha sido roto una vez. Sucedió durante las elecciones del año 2000, el entonces vicepresidente Al Gore reconoció el triunfo a George W. Bush la noche de las elecciones, luego desconoció los resultados y los votos se volvieron a contar en el estado de Florida hasta que la Corte Suprema dio el dictamen a favor de Bush. Entonces al día siguiente Gore otorgó su reconocimiento final. El problema es que nadie en Estados Unidos tiene la seguridad de que Trump otorgará su reconocimiento final en caso de perder la contienda.

Ahora mismo, los despachos informativos americanos sostienen que la batalla final será en los estados y que el presidente Donald Trump prepara la batalla en ello porque en las entidades más importantes, los republicanos mantienen la mayoría. Y es que los estados son quienes proponen a los delegados del Colegio Electoral; es decir, a quienes califican la elección.

En ese sentido, los republicanos controlan ambas cámaras legislativas en los seis estados de campo de batalla más disputados. De ellos, Arizona y Florida también tienen gobernadores republicanos. En Michigan, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin, los gobernadores son demócratas.

El país más poderoso, rico del mundo y promotor de las libertades tiene un sistema electoral que hace crisis. Está en duda que el voto aún siendo indirecto se respete y es altamente probable que sean las autoridades de la Corte Suprema quienes designen al próximo presidente. En este sentido, si las instituciones políticas americanas no logran producir un presidente legítimo, el país continuará en la senda de la división política y social.

*Docente-Investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas

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