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Alto Mando

Miguel Ángel Godínez

 

Entendimiento Bicentenario

Anuncia Canciller la puesta en operación de una nueva etapa entre México y Estados Unidos. Inician trabajo conjunto con la instalación de grupos basados en la colaboración mutua, el interés binacional y el respeto a las agendas propias. Temas como “Proteger a nuestra Gente”, “Prevención de crímenes transfronterizos”, “Persecución de redes criminales” “Colaboración de información de las FA” y la conformación del “Comité binacional de cooperación”. Si bien es cierto que la gestión diplomática de Marcelo Ebrard ha sido exitosa a pesar de los desaguisados que el propio López Obrador le ha propinado a la relación y, a los discursos mañaneros, que en otros tiempos y con otros presidentes, hubieran ocasionado crisis diplomáticas, el tono tan entusiasta con el que se presenta dicho acuerdo nos hace olvidar de pronto la difícil relación que en realidad tenemos con el vecino del norte. Somos uno de los socios comerciales más importantes. Somos el muro fuerte o débil de la ola de migración y entrada de indocumentados a territorio americano. Somos la mano de obra que desprecian pero que ven como indispensable. Son millones de mexicanos indocumentados que, a pesar de la discriminación, forman parte de la sociedad americana. Pero también somos científicos, médicos, ingenieros, que por falta de visión perdemos al no dar oportunidades de desarrollo profesional y terminan yéndose para ser aprovechados por el sector público y privado. Por esto y por cientos de razones EU se ha visto obligado a tener este y otros acuerdos de cooperación sobre todo en temas de seguridad, el “Entendimiento Bicentenario” en todo caso se distingue por el interés mutuo de atacar las causas y rescatar a una sociedad descompuesta que no es exclusiva de Centroamérica o México, sino también de la estadounidense. El índice de consumo de drogas en EU rebasa por mucho al de los países que la generan, en todo caso si el consumo disminuye las drogas también y, si la DEA pusiera más atención en sus fronteras de lado americano, en el tráfico interno y en la distribución dentro de su territorio, también. Sin embargo, la idea de que muerto el perro se acaba la rabia, dedica su esfuerzo a una intervención sistemática y a la información de testigos protegidos que sin evidencias buscan privilegios en su sentencia. Claros ejemplos de esto son; la detención del Gral. Cienfuegos en EU y a la que el Departamento de Estado no pudo fortalecer sólo con la mención de su testigo protegido y, el más reciente acuerdo con Emma Coronel quien fue sentenciada a tres años de prisión a cambio de información, a pesar de todas las evidencias en su contra al ser parte de uno de los cárteles más fuertes de México, al que incluso EU ha puesto precio a las cabezas de sus líderes, también hijastros de la misma Coronel. Lo cierto es que hoy las condiciones son distintas, el nivel de violencia favorece el interés de considerarse aliados a pesar de nuestras abismales diferencias, un presidente como Biden que es más estratega que reactivo y un interlocutor que se distingue por su perfil de estadista luciéndose con miras al 2024. Ojalá que a este nuevo acuerdo Ebrard le dé el significado de una importante estrategia y no sólo de satisfacción para López Obrador al darle el tiro de gracia a la estrategia de Calderón, pues han presentado al Entendimiento Bicentenario como el acta de defunción de la “Iniciativa Mérida”

DE IMAGINARIA

Un buen acuerdo Binacional merece un buen SSPC, la Secretaria Rosa Ícela funge más como vocera o titular de una sala de oratoria, que de un verdadero funcionario de Seguridad Nacional. Es momento de darle a las gestiones de Marcelo Ebrard, de Adán López y de los mandos de las Fuerzas Armadas, todos ellos en quienes confía el Presidente sus asuntos más relevantes un SSPC de nivel, proactivo y con experiencia y no a una excelente creadora de discursos.

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