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Chiapas: ¿bajo el terror del narco?

Letras Desnudas

Mario Caballero

Antes que nada, quiero dejar en claro que los tiempos electorales sacan siempre lo mejor y lo peor de la clase política. En cuanto a lo primero, hay buenos políticos, con buenas propuestas, buenos proyectos, ideas frescas y renovadoras y con la firme convicción de servir a los demás a través del correcto desempeño de los cargos públicos. A contrapelo, hay políticos oportunistas, guerra sucia, campañas de odio, difamación y un extenso catálogo de trampas cuyo propósito primero y último es la consecución del poder.

Pero no sólo saca lo mejor y lo peor de los políticos, sino también de los demás implicados en este forcejeo por el poder, como empresarios, medios de comunicación y periodistas, principalmente, que se prestan a favor de distintos intereses políticos. Son gente que prefieren dejar tirado su prestigio, ética y toda calidad moral por meterse algunas monedas a los bolsillos.

PERIODISTAS Y PERIOLISTOS

Hoy no quiero detenerme a discurrir sobre la ética de muchos de nuestros políticos, me gustaría mejor cuestionar la ética pero de los periodistas, de esos y aquellos que por su trascendencia mediática, reputación o fama le juegan a ser Dios por un día.

Comprendo que podría estarme metiendo en camisa de once varas y que entre gitanos no nos leemos la mano; sin embargo, de vez en cuando es preciso pasar por el crisol el ejercicio periodístico.

Empiezo por parafrasear al gran Gabo que decía que “el periodismo es el mejor oficio del mundo”. Lo es. No conozco a uno solo que se dedique a esta profesión que se queje de las extenuantes horas de trabajo, del cansancio por conseguir la nota, ni siquiera de los riesgos que representa revelar información comprometedora o investigar casos del narcotráfico.

Al contrario, varios colegas con los que he platicado al respecto me dicen que para ellos el periodismo no es una profesión, sino una pasión a la que es imposible renunciar.

Ser periodista es tener una vocación que está al servicio de los demás. Es la entrega diaria por informar, investigar, denunciar y sacar datos a la luz que de otra forma hubieran permanecido ocultos y en perjuicio de la sociedad; es convertirse en los ojos y oídos de la gente y en el megáfono de los desposeídos.

No obstante, hay quienes autoproclamándose dueños de la verdad abusan de su poder en los medios para sembrar discordias, desinformar, chantajear, difamar y calumniar. Pero no son dueños de nada, sino solamente carroñeros de la desinformación y muchas veces terribles sicarios verbales.

Es triste, pero es la realidad. Así como hay periodistas connotados, que se respetan por su honorabilidad, ética y profesionalismo, también hay gacetilleros habilidosos en el arte de la infamia, que le venden su alma al que mejor se las pague.

¿ME LO DIJO ADELA?

No digo que cobrar por lo que se hace, dice o escribe esté mal. Al final de cuentas, el periodismo es una profesión y los que a ella nos dedicamos también comemos, vestimos y mantenemos a nuestras familias. Lo reprochable, y censurable, es lucrar con la desinformación y las campañas de desprestigio.

Ejemplo de ello es Adela Micha, quien hace unas semanas publicó un video en el que asegura que Chiapas es un territorio en poder de los grupos del crimen organizado.

Tiene ya mucho tiempo que esta presentadora (que no periodista) es tachada de ser una manipuladora, como una mujer que utiliza la polémica para obtener sus quince segundos de fama. Incluso, han sido revelados sus nexos con grandes empresarios afines a los partidos de la oposición, principalmente con el PAN y el PRI.

Por si fuera poco, algunos de sus excolaboradores la han denunciado públicamente por no haberles pagado por el trabajo que desempeñaron en sus distintos programas. Como Maryfer Centeno, la grafóloga que trabajó para ella realizando análisis de lenguaje corporal en el programa La Saga, que se transmitía por YouTube, quien tras retirarse en enero de 2023 no ha recibido un solo peso por todo el tiempo que desarrolló su labor.

Adela, ciertamente, es famosa, pero su fama no la convierte en la santa patrona de la verdad. Menos todavía, cuando su fama proviene de los programas de telerrealidad que condujo hace ya muchos ayeres, como Big Brother, más que por sus noticieros.

Tomemos en cuenta o no lo anterior, ¿en qué se funda Adela Micha que Chiapas es un estado con altos niveles de inseguridad? ¿De dónde sacó que municipios como Pantelhó están bajo el dominio de grupos criminales?

Hoy en día, Chiapas está entre los tres estados más seguros del país, donde la estrategia de las Mesas de Seguridad, en la que participan autoridades de seguridad pública federal y estatal, procuración de justicia, derechos humanos, entre otras, ha logrado ese resultado positivo, amén de fortalecer las acciones a favor de la tranquilidad y la paz social.

Es más, en el momento que ella publicó su video difamatorio, que tuvo la clara intención de generar psicosis social y desprestigiar al Gobierno del Estado, autoridades de Pantelhó, así como federales y estatales, salieron a desmentir la supuesta ola de violencia y señalaron que con el fin de mantener la paz y la seguridad en dicha localidad se han desplegados elementos de la Guardia Nacional, el Ejército y la Policía Estatal que realizan recorridos de manera permanente.

A todo esto, observemos que Adela sacó su comentario en plena época electoral y muy posiblemente tratando de beneficiar a cierto grupo político y, obvio, a sí misma.

EN RESUMEN

Consideremos, entonces, que no todo aquel que se dice periodista lo es y tampoco todo lo que éste dice es cierto. Mejor consultemos los datos fidedignos y los corroboremos con los de distintas instituciones reputadas. Así evitaremos que “periolistos” o “periolistas”, que nada más deshonran el mejor oficio del mundo, nos quieran engañar con hechos ficticios y desinformación.

En fin, Chiapas es un estado seguro, aunque muchas Adelas Michas digan lo contrario.

PARA MAGDALENA

Fue un éxito la presentación de los Diálogos por la Transformación de Chiapas llevada a cabo el viernes pasado en la ciudad de Tapachula, donde participaron el Coordinador Nacional de este proyecto, Juan Ramón de la Fuente, y el precandidato al Gobierno del Estado, Eduardo Ramírez Aguilar. Los argumentos que dieron todos los que intervinieron en este encuentro democrático y plural, como empresarios, líderes de la sociedad civil, actores políticos, académicos, agricultores, ganaderos, entre otros, contribuye al propósito de construir una nueva era de progreso y bienestar para nuestro estado. Pero me quedo con lo que dijo el coordinador estatal de los Diálogos por la Transformación, Juan Carlos Gómez Aranda, de que “aquí se escuchará la voz de la sociedad propositiva, de todos los que tengan algo que decir y proponer. Serán escuchados con respeto porque no podría ser de otra manera en la tierra de la libre expresión de ideas, donde los chiapanecos no sólo quieren proyecto, sino también acción”. Sí, eso es lo que queremos.yomariocaballero@gmail.com

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