Luis Octavio Vado Grajales
Estamos ya inmersos en el proceso electoral, por todos lados recibimos mensajes de contenido político, aunque aún no se puedan presentar de manera franca ni candidaturas ni tampoco propuestas de campaña, lo que podrá hacerse desde el 1 de marzo hasta el 19 de mayo.
Los partidos políticos, ya lo comentamos, son asociaciones permanentes. Su objetivo es buscar llegar al gobierno, y una vez ahí, mantenerlo lo más posible a través de la aplicación de las propuestas planteadas en las elecciones.
Ahora bien, parte fundamental de un partido es su ideología. Esto es, una cierta pléyade de ideas acerca de la realidad y cómo debe ser esta, a partir de valores que, asumimos, comparte la ciudadanía que milita en tal fuerza política. Este conjunto de explicaciones del mundo abarca lo político, pero también lo económico, así como lo social.
De la misma forma, los partidos tienen un diagnóstico del estado del país, las entidades, los municipios, etc., que les interesa presentar a la sociedad para obtener el voto. Así, la necesidad de plantear públicamente su ideología tanto como su análisis de la realidad, se entiende como un reclamo hacia las y los votantes para obtener su favor.
Sin embargo, ¿existe también un interés ciudadano en lo que nos digan los partidos? Estimo que sí, en tanto al conocer lo que tienen que decirnos, contamos con mayor información para definir nuestro voto. Un sufragio consciente requiere, entonces, que quienes contienden en los comicios nos hablen de su valores y principios, así como de lo que harían en caso de llegar al poder.
De esta forma se armoniza el interés legítimo de los partidos por utilizar la propaganda, y el derecho ciudadano a conocer lo que ofrecen.
En campaña, los partidos y candidaturas independientes pueden pedir el voto de manera abierta. También, criticar las propuestas presentadas por otras opciones, e incluso expresar sus opiniones acerca de los distintos gobiernos. Pero esto sucederá hasta el 1° de marzo, y quien lo haga de manera anticipada, se expone a una sanción, tanto en lo personal como para su partido.
En estos momentos se puede continuar con la difusión de mensajes que tengan que ver con la ideología de cada fuerza, también consideraciones generales acerca de la situación actual; pero deben cuidar de sobremanera ni pedir el voto ni presentar como candidaturas como tales. Esto les está vedado, ya sea que lo hagan de forma expresa o velada.
Desde luego, la mercadotecnia y las técnicas de comunicación, así como el manejo de redes, pueden ofrecer sofisticadas opciones para tratar de “darle la vuelta” a las reglas; esto va desde el uso de mensajes velados, comentarios sueltos, publicaciones o imágenes que puedan “interpretarse”, entre otros.
Pero es exigible, me parece, que los partidos y quienes participan en la política guarden lealtad al sistema jurídico-electoral que se ha construido, principalmente porque se encuentra en la Constitución.
