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¿Por qué la guerra contra Monreal?

Letras Desnudas

Mario Caballero

¿Por qué la guerra contra Monreal?

Nadie logra entender todavía por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador se adelantó tanto a abrir el juego de la sucesión presidencial, cuando siempre ha sido lo más estratégica y políticamente recomendable aguantar lo más posible para destapar el proceso de nominación del candidato, pero suponemos que debió tener sus buenas razones.

Tampoco se logra entender con qué fin señaló a la jefa de gobierno de la Ciudad de México como su favorita, sabiendo que con ello la exponía a la crítica de la oposición e incluso de los otros cinco aspirantes a la presidencia de la República, que él mismo se encargó de destapar.

Eso de que Claudia Sheinbaum es su favorita quedó claro en la inauguración de una sucursal del Banco del Bienestar en la capital del país el 29 de agosto pasado, AMLO le levanta la mano y con la otra la señaló en un gesto de “es ella”. Una imagen dice más que mil palabras.

Pero lo que a muchos sorprendió en verdad es que no haya mencionado entre sus “corcholatas”, como él mismo se refirió a sus posibles sucesores, al senador Ricardo Monreal, quien desde hace muchos años lo ha acompañado en su movimiento político y en su histórica cruzada hacia la presidencia.

Monreal no ha sido sólo su compañero de mil batallas, sino también su confidente, su amigo, su aliado, el personaje con quien fundó al partido gobernante, y cuando todo mundo creía que él iba a heredar su liderazgo de las izquierdas en México, por una razón desconocida se decantó por Sheinbaum, a la que en 2018 ungió candidata a la gubernatura de la Ciudad de México siendo que el zacatecano era el candidato natural a esa posición.

Sin embargo, ni tardo ni perezoso, Monreal salió a manifestar que también buscaría ser candidato de Morena a la presidencia. Y desde entonces ha sido el más atacado de todos, a pesar de no estar en la lista de sucesores del presidente y de ser el que más ha hecho por el partido y por la cuarta transformación. Pues ninguno de sus detractores podrá negar que él ha sido pieza fundamental para sacar adelante todas y cada una de las iniciativas del primer mandatario, incluyendo, por supuesto, la revocación de mandato.

FUEGO MORENISTA

Al oriundo de Fresnillo, Zacatecas, le han dicho de todo y hasta lo han descalificado como traidor a Morena. Lo hilarante es que los que lo acusan no han hecho nada ni por el partido ni por el proyecto del presidente López Obrador. Sumado a ello, las acusaciones carecen de todo fundamento.

Lo han puesto de cabeza, le han dado vueltas a su vida pública y privada, le han buscado por todas partes y no han encontrado nada de qué acusarlo. No lo pueden señalar de corrupto porque no hay un solo momento en su larga carrera política que diga que se haya aprovechado de sus cargos públicos para enriquecerse. Como sí es el caso de Sheinbaum que siendo secretaria de Medio Ambiente del entonces Distrito Federal (2000-2006), fue señalada de adjudicar de manera directa los contratos para la construcción de los segundos pisos, de los que una enorme viga metálica cayó sobre el cofre de un vehículo en el Periférico en agosto de 2017, casi matando al conductor. Ella fue la encargada de esa obra.

Ahora como jefa de gobierno, verbigracia, es encontrada responsable de ordenar recortes y subejercicios en el Metro, que como sabemos terminó en la tragedia de la Línea 12 en la que más de veinte personas perdieron la vida.

Otra cosa de lo que han acusado al senador es de traicionar al movimiento. Sin ninguna prueba, sus detractores argumentan que operó a favor de los candidatos de la oposición para que le arrebataran a Morena la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México. 

Si creyéramos por un momento que eso fue cierto, entonces los morenistas deberían pensarlo mejor al atacar a Monreal. Porque esa hazaña habla de que el zacatecano ha sabido tender alianzas de éxito, que tiene influencia en otros partidos y que por lo mismo tiene mucho poder, y a pesar de no contar con el favoritismo del presidente ni con los recursos de Claudia Sheinbaum, quien no sólo pudo ganar las alcaldías sino incluso comprarlas en beneficio propio.

Ese señalamiento en lugar de dañar la imagen de Ricardo Monreal muestra la incompetencia de Sheinbaum, que, si no pudo retener el dominio de Morena en la Ciudad de México, menos que logre ganar la presidencia.

¿POR QUÉ LA SAÑA?

En este punto cabe preguntar ¿por qué la saña contra Monreal? Tal parece que la guerra en su contra fuera por consigna, un asunto ordenado desde el poder.

Porque luego del choque que tuvo con el gobernador de Veracruz por haber asesorado jurídicamente a un grupo de jóvenes que había sido encarcelado injustificadamente sólo por los dichos de los policías que alegaron “ultrajes a la autoridad”, esa figura jurídica con la que Cuitláhuac García ha oprimido a sus opositores y con la que tiene en las distintas cárceles del estado a más de 2 mil 500 personas, muchos militantes y simpatizantes de Morena se han sumado a la campaña de desprestigio contra el político zacatecano.

Ahí tenemos, por ejemplo, a varios senadores morenistas que gritaron la destitución de Monreal de la coordinación de Morena en el senado, y a Adán Augusto López, secretario de Gobernación, que, en torno al tema de la desaparición de la Comisión Especial para Veracruz, dijo: “Imagínense, y se los digo con todo respeto, nosotros mismos estábamos abriendo el debate sobre si convenía o no desaparecer los poderes de un estado que gobierna alguien emanado de este movimiento”. En pocas palabras, le hicieron bola.

Como bien se conoce, Monreal motivó la creación de dicha comisión para investigar los abusos de poder del gobernador Cuitláhuac García, y ya tenía documentado más de ochenta casos en que éste había abusado de la figura de ultrajes a la autoridad para meter a gente inocente a la cárcel.

Empero, en todos estos dimes y diretes lo que quedó claro es que Monreal tiene un compromiso serio con la justicia, con el respeto al Estado de Derecho y con la sociedad, y lo demostró al abogar por esos muchachos que fueron liberados después de estar cuatro meses en prisión.

Lo más importante todavía es que entre todos los morenistas ha sido el único que ha criticado con dureza y con fundamentos la mala práctica del poder. Dicho de otro modo, es crítico hasta del mismo sistema. Y de eso se dio cuenta gran parte de la sociedad mexicana.

CRECE

La campaña de ataques contra Ricardo Monreal muestra por un lado las ganas del poder por descarrilarlo de la contienda por la candidatura de Morena a la presidencia; por el otro, que el poder está nervioso por la confianza que éste se ha ganado de la sociedad y por el prestigio que ha obtenido su imagen a pesar de la guerra sucia en su contra y de la preferencia presidencial de la que gozan personajes como Sheinbaum y Ebrard.

Esto lo vemos en la última encuesta de Buendía & Márquez para El Universal, que registra que el nombre de Claudia Sheinbaum sigue siendo desconocido para la mayoría de los mexicanos, que el canciller se mantiene estancado en las preferencias y que Monreal, aunque en un tercer lugar, ha venido ganado puntos en su apoyo a la candidatura.

Tal parece que la crítica le favorece, y que ésta misma tal vez se debe a que lo miran como el rival a vencer, tanto dentro como fuera de Morena.

yomariocaballero@gmail.com

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