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Sonia y la Fábula del Escorpión

Letras Desnudas

Mario Caballero

 

Sonia y la Fábula del Escorpión

¿Por qué será que los maestros chiapanecos ambicionan tanto el poder?

Apenas el viernes hablábamos de Amadeo Espinosa Ramos, el dueño del PT en Chiapas que hace más de treinta años tiró a la basura el título de maestro para dedicarse de lleno a la política, noble y tan importante oficio que él ha desfigurado y que, al mismo tiempo, lo ha hecho monstruosamente millonario.

Sin embargo, existe entre la fauna política un personaje incluso más deleznable que él. Se trata de la maestra Sonia Rincón Chanona. Su carrera política la conocemos todos. Se llama traición y se apellida oportunismo.

Este 2021 cumplirá 69 años y se ostenta como diputada federal por Morena. Pero cómo creer que ella, que históricamente ha traicionado a los que bien le hicieron y que ha estado implicada en escándalos de corrupción, cumplirá cabalmente los postulados de “no mentir, no robar y no traicionar”.

En sus años mozos fue maestra de grupo, luego directora de escuela y terminó como supervisora escolar. Una trayectoria bastante exitosa para una maestra de la medianía que surgió de las clases bajas del estado. Empero, su ambición, que no vocación por el servicio público, la hizo cambiar de rumbo para tomar los caminos de la política.

 

LA PATRONA

Está hecha en la vieja escuela del PRI, partido al que perteneció por 36 años y del que ocupó varios cargos, incluso el de dirigente estatal. Bajo sus siglas fue diputada local y federal. Este partido la cobijó, le dio de comer, le dio notoriedad entre la clase política local y ella le pagó con traición, inclusive cuando la institución la protegió de los diversos abusos de poder que cometió en los distintos cargos públicos, sobre todo los que tenían que ver con el sector educativo.

Hemos de recordar que creció al amparo de Elba Esther Gordillo Morales, quien siendo la otrora poderosa líder del SNTE le permitió amplios márgenes de negociación y privilegios que incluían desde la imposición de secretarios generales dentro del sindicato hasta la venta de plazas administrativas y docentes. De ahí el comienzo de su riqueza inexplicable.

Impulsada por Elba Esther, Sonia ocupó la Secretaría de Educación en Chiapas en el año 1994, durante la administración de 69 días del exgobernador Eduardo Robledo Rincón. Si como profesora fue mediocre, como servidora pública fue torpe, abusiva y corrupta. Pues en esos poquísimos días logró chantajear a los entonces dirigentes sindicales de las secciones 40 y 7 del SNTE, y metió con calzador en la nómina de la dependencia a varios de sus familiares y amigos.

Pero en el momento que el expresidente Ernesto Zedillo le pidió la renuncia a Eduardo Robledo, Rincón Chanona lo negó cual vil Judas Iscariote. Le echó pestes, lo calificó de ser incompetente para resolver el conflicto zapatista y, ni tarda ni perezosa, recibió con loas al gobernador interino Julio César Ruiz Ferro, “El Camellito”.

También se puso de tapete con el exgobernador interino Roberto Albores Guillén después de que Ruiz Ferro fue destituido, considerado como uno de los autores intelectuales de la masacre de Acteal.

Cuando fue dirigente de la sección 40, gracias a Gordillo Morales, se le acusó de cometer fraude a la caja de ahorro de los maestros, delito que nunca fue investigado. El PRI la protegió. Utilizó sus influencias con el Gobierno del Estado para ocultar los crímenes y maltratar al magisterio con impunidad.

Corrupción, abuso de autoridad, componendas con las autoridades estatales y coerción sobre el profesorado chiapaneco fueron situaciones frecuentes durante su gestión. De esta manera, aquella muchacha humilde que a duras penas había logrado titularse como licenciada en Ciencias Naturales de la Normal Superior de Chiapas, se convirtió en “La Patrona” de los maestros, con el poder para hacer casi cualquier cosa.

En el momento que Pablo Salazar asumió la gubernatura, Sonia corrió a refugiarse bajo las naguas de Elba Esther Gordillo y regresó a Chiapas portando las siglas del Partido Nueva Alianza. Así, sin más ni más, le dio una patada al PRI.

Con el partido de la maestra fue diputada federal. Ocupó distintos puestos partidistas y siempre estuvo cercana a la ex lideresa sindical. Pero cuando ésta fue detenida, Sonia le dio la espalda. La desconoció. No le importaron los muchos años en que la comiteca respaldó su carrera política, en los que le abrió espacios tanto en el priismo como en el Panal, logrando para ella puestos en el gobierno, entre muchos otros favores. La maestra no sabía a quién había estado protegiendo.

No es todo. Al contrario de lo que hizo Amadeo Espinosa ante la detención de Pablo Salazar, al que defendió y al que visitó durante los meses que estuvo recluido en el penal, demostrándole fidelidad en todo momento, Sonia trabó alianzas con Juan Díaz de la Torre, el ex secretario espurio del SNTE, quien vendió y le dio la puñalada a Elba Esther Gordillo.

Aquí se cumple lo del escorpión y la rana, la fábula que cuenta que un escorpión le suplica a una rana que le ayude a cruzar el río y le promete no hacerle daño, pues si lo hacía ambas morirían. La rana accedió. Le creyó. Hizo que se subiera a sus espaldas, pero cuando iban a la mitad del camino el escorpión la picó. Incrédula, la rana le dice: “¿cómo has podido hacerme algo así? Ahora moriremos los dos”. A lo que el escorpión responde: “no he tenido elección, es mi naturaleza”.

La naturaleza traicionera de Sonia Rincón es visible en toda su trayectoria política. Lo vimos al traicionar a Eduardo Robledo, a Ruiz Ferro, al PRI, a Elba Esther Gordillo, pero también lo ha hecho contra sus propias decisiones. Por ejemplo, ella fue una de las más aguerridas promotoras de la Reforma Educativa de Peña Nieto, pero una vez dejando el puesto en la Cámara de Diputados encabezó un movimiento al lado de pseudo líderes como Armando Falconi para impedir la entrada de dicha reforma en Chiapas.

También traicionó al exgobernador Manuel Velasco Coello, quien la rescató del olvido y la posicionó como secretaria de Educación, encargándole de manera especial resolver los conflictos con el magisterio.

En lugar de eso, en los cuatro meses que estuvo en el cargo antes de que fuera echada a patadas, lo primero que hizo fue colocar a su hija Sonia Paola Arriaga Rincón como jefa de Departamento de Desarrollo Social en la Secretaría de Educación Federalizada (SEF), comisionada con plaza de telesecundaria sin contar con el perfil requerido, pues es licenciada en Turismo.

A su yerno, Jaime Rebolledo Constantino, lo nombró director de Recursos Materiales en la misma dependencia, donde se maneja muchísimo dinero. Se dice que a otros de sus hijos los mantuvo como aviadores en la Secretaría de Educación.

En la Dirección de Educación Básica de la SE designó a Francisco Alfredo Morgan Moreno, su mayor cómplice y al que durante varios años ha intentado imponer en la dirigencia de la Sección 40 del SNTE, incluso con lujo de violencia. Presuntamente fue con este personaje con el que realizaba la venta de las plazas docentes y administrativas en la secretaría.

 

¿FIEL A LA 4T?

Por eso, ¿cómo creerle que será promotora fiel de la Cuarta Transformación? Si sólo cuando le conviene, es leal. Cuando no, traiciona como el escorpión.

 

@_MarioCaballero

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