Panorama
Alejandro Espinosa Herrera*
Tuxtla 2050. Un Mejor Transporte
Queridos lectores, continúo la serie de artículos donde propongo soluciones para tener un mejor Tuxtla. Hoy toca el turno al transporte público. Hace unos días se anunció que el conejobus dejará de existir. Una pésima decisión que todos los tuxtlecos deberíamos de exigir que no se lleve a cabo.
Una ciudad no puede aspirar a ser un polo de desarrollo y a bridarle calidad de vida a sus ciudadanos, a menos que cuente con un buen sistema de transporte público. A día de hoy, todos somos testigos que el sistema de transporte público de nuestra capital está hecho un caos. Todos los días al salir a las calles podemos ver como circulan por nuestra ciudad hordas de combis compitiendo por pasaje, ver a gente esperando si saber cuándo va a pasar una combi, o a alguien confundido por saber cual es la ruta que tiene que tomar.
Un buen sistema de transporte público tiene que cumplir con tres características básicas. En primer lugar, tiene que ser eficiente. Es decir, tiene que poder dar servicio y transportar al mayor número posible de habitantes de la ciudad, llevarlos a los diferentes puntos y hacerlo de la forma más rápida posible.
En segundo lugar, tiene que ser asequible. No sólo tiene que ser económico para poder ser una alternativa al transporte privado o los taxis, sino que tiene que ser de fácil acceso, con paraderos establecidos y horarios claros.
En tercer lugar, tiene que ser limpio. Por limpieza, no me refiero sólo a la limpieza física del transporte, sino a cuanto contamina, tanto en emisiones de dióxido de carbono como en ruido ya sea de los motores como por el uso del claxon.
Desgraciadamente, el sistema de transporte público tuxtleco no cuenta con ninguna de estas características. Existen 127 rutas, de las cuales 108 están operativas. Pero estas rutas están todas desordenadas, y fueron trazadas o creadas sin ningún tipo de orden o estudio de factibilidad. De las 127 rutas, 106 inician/terminan en un mismo punto: el mercado municipal de la calle central y 4a sur, en pleno centro. Por lo que la mayoría de las rutas sirven a los mismos puntos, mientras que en la periferia de la ciudad hay poca cobertura. Igualmente, no existen paraderos asignados o construidos y es imposible saber el horario de servicio.
¿Qué se puede hacer para cambiar y mejorar? En primer lugar, se tiene que entender que existen 4 actores en el sistema de transporte, los cuales tienen diferentes intereses. Muchas veces se culpa exclusivamente a los choferes, como los culpables de todos los males. Sin embargo, el estado, los concesionarios y los usuarios también juegan un papel importante. Para poder lograr un cambio es necesario entender las necesidades de cada actor. En mi opinión, el estado tiene la mayor responsabilidad y también la capacidad de poder lograr un cambio.
En segundo lugar, el cambio solo se podrá si el estado presenta una propuesta inteligente y respetuosa para concesionarios, operadores y usuarios. Esto solo será posible si se elabora un plan integral de movilidad sustentable para la ciudad, el cual incluya un estudio de factibilidad para reordenar las rutas de transporte, pero también de los patrones de movilidad urbana para la ciudad. Administraciones anteriores contrataron a consultoras para que hicieran estos proyectos. Lamentablemente lo único que hicieron fue cobrar. Desafortunadamente por estas malas experiencias los gobiernos actuales son reticentes a querer hacer este tipo de estudios. Sin embargo, es necesario hacerlos. Existen empresas chiapanecas con la capacidad tecnológica y las credenciales académicas para hacerlos.
Hace un año, presenté esta propuesta, utilizando una metodología avalada por la Universidad de Oxford en Inglaterra, que supondría ahorros de millones de pesos para el gobierno municipal y del estado, y proponía un plan de reordenamiento del transporte público que no afectaba a los concesionarios actuales. Desafortunadamente, se le dio preferencia a otras prioridades políticas. El proyecto existe y ya está hecho. Espero que a alguien le interese.
*Doctor en Economía Política por la Universidad de Oxford, Inglaterra.
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