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El negocio de las cremaciones

Aunque el servicio ha crecido, la Profeco considera que el alza del 6.3 por ciento en los costos no ha sido “desproporcionada”; surgen los ataúdes COV para evitar cremación

Agencia/Diario de Chiapas

Pese al aumento en el número de fallecidos por el COVID19 en la Ciudad de México, las funerarias no se han aprovechado de la situación elevando sus precios de forma desproporcionada, afirmó la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

“Los precios por los servicios de inhumación y de cremación no han tenido aumentos considerables desde noviembre pasado”, indicó en información proporcionada a Notimex.

Explicó que los precios de las cremaciones en la Ciudad de México sólo se elevaron 6.3 por ciento (%) en promedio desde noviembre de 2019 al 15 de mayo del presente año, al pasar de 12 mil 40 a 12 mil 852 pesos.

Añadió que de acuerdo con un monitoreo, el paquete de inhumación que brindan los servicios funerarios en la zona metropolitana de la Ciudad de México pasó de 10 mil 702 pesos en promedio en noviembre de 2019 a 10 mil 768, lo que significó un alza de 0.6 por ciento.

“La Profeco no ha detectado que haya saturación en los crematorios que justifiquen alzas de precios de parte de funerarias”, expuso la Procuraduría.

Sin embargo, sí se han detectado abusos ocasionados por los llamados “coyotes”, que son contratados por terceros y no por los deudos, y quienes sí encarecen los costos de los servicios funerarios.

La Profeco no ha recibido, hasta ahora, denuncias contra estos intermediarios o “coyotes”, pero recomendó a los consumidores denunciarlos ante las autoridades ministeriales o ante la propia Profeco, que puede canalizar esos reclamos ante la Fiscalía.

Reconoció que ni la Agencia de Protección Sanitaria de la Ciudad de México, ni la Profeco, tienen facultades para regular los precios, derechos o cuotas para los servicios de cremación.

En sus verificaciones, encontraron que en mayo el costo promedio del servicio de inhumación fue de 9 mil 323 en Puebla; 9 mil 896 en Culiacán; 10 mil 566 Villahermosa; 14 mil 294 León; 14 mil 920 Cancún; 17 mil 193 Mexicali, 18 mil 726 Tijuana, 17 mil 261 Guadalajara, y 19 mil 884 en Monterrey.

Surgen los ataúdes COV, para evitar la cremación

La crisis por la que atraviesan las funerarias en México es incuantificable. Platinum Casket Company -dedicada a la fabricación de féretros- sabe de esto, pues desde que se declaró la pandemia se prohíben los entierros por COVID-19.

En respuesta a la debacle, el área comercial de la empresa diseñó los ataúdes COV, una alternativa para las familias que prefieren enterrar a cremar a sus difuntos.

“La producción de féretros en la compañía cayó en un 90 por ciento”, dijo a Notimex Eduardo López Ignacio, encargado de la fábrica de ataúdes en el Estado de México, quien, para salir del “bache” económico, ideó la fabricación de las nuevas cajas de lámina, una opción que responde a las necesidades de los dueños de las funerarias ante el desplome en ventas por la pandemia.

“Tenemos 10 días que empezamos con el proyecto, derivado de la necesidad del mismo mercado. Sobre todo porque nos comentan nuestros mismos clientes, que son las agencias funerarias, que están sobre saturados en sus hornos. Nosotros lo que queremos es darles una opción en la que puedan darle sepultura al familiar y este ataúd creo que cumple con lo necesario”, señaló.

El ataúd es fabricado en acero, en función de la norma propuesta por el IMSS “que le llaman con alto contenido de carbono” para que la degradación del cadáver sea más rápida; tiene forma de cápsula y todas las paredes están selladas y soldadas para evitar la salida de líquidos.

“Posteriormente le hacemos un recubrimiento de polietileno, por dentro, ajustado a la pared con pegamento de contacto. Son de tres a cuatro capas que también no permite el escurrimiento de líquidos. Al final damos un sellado con algún tipo de cinta para que no salgan más allá olores o vapores del mismo ataúd”, explicó.

Eduardo López Ignacio, encargado del área comercial de la compañía indicó que al desplomarse sus ventas “y no creerlo”, fue lo que inspiró el proyecto, basado en un diseño que ya manejaban y adecuado a las nuevas circunstancias; no sólo se busca la ganancia económica sino apoyar a las familias.

“Es muy doloroso perder a un familiar; más cuando entró por la puerta de un hospital y luego ya no lo ves con vida. Nosotros con esto estamos tratando de fomentar también la inhumación para que la familia quede un poco más tranquila de saber que puede llorar a su familiar. Esperemos que este ataúd realmente ayude, que es el objetivo final”, puntualizó.

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