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Integrar a los migrantes favorecería a México

México.- El fenómeno migratorio que se venía registrando como masivo por los medios de comunicación a principios de este año no es nuevo, y ahora con la pandemia conlleva más retos. 

En entrevista para EL DEBATE, María Fernanda Valdés Herrera, cofundadora de MidesDH (migración, desarrollo, seguridad y derechos humanos), consultoría privada a favor de los derechos de los migrantes, dijo que la Comisión Nacional de Ayuda a Refugiados (Comar) antes del 2013 recibía mil solicitudes de protección internacional de manera anual, pero a partir del 2014 fueron más de 2 mil solicitudes, de manera que en 2017 se llegó a más de 14 mil solicitudes, y para el 2018 había 29 mil.

Finalmente, 2019 cerró con cerca de 66 mil solicitudes, lo que evidencia que el flujo ha ido aumentando anualmente desde hace tiempo, y en 2020 no fue distinto. Sin embargo, la falta de atención al fenómeno es algo que ninguna

Administración gubernamental ha atendido en México, y que ahora, en medio de una pandemia, los migrantes viven con más crudeza. 

La política migratoria es no incluyente

Dada la complejidad del problema, Valdés Herrera comentó que México debe sacar el tema de migración del enfoque de seguridad con el que lo confronta actualmente, promoviendo la contención de los migrantes en las fronteras por la Guardia Nacional y su encierro en estaciones migratorias, y llevarlo hacia una política de integración de los migrantes, tal y como hacen países como Alemania, cuya política de integración es tan buena que los migrantes tienen oportunidades de acceso a la salud y al trabajo, por lo que dejan muchísimo dinero a este país.

Valdés afirma además que ahora durante la pandemia es claro que México segunda las políticas migratorias de Estados Unidos, apostando a la deportación de los migrantes, más que a su protección. 

La especialista mencionó que desde principios de abril estuvieron recibiendo de Estados Unidos camiones y camiones de personas deportadas, «lo lamentable es que jamás tuvieron detalles sanitarios, no se les hizo ninguna prueba a todas las personas que volvían a nuestro territorio, y no nada más eran mexicanos, también había población centroamericana», comentó. 

Valdés describe que no solo fueron deportados, sino que ante la pandemia fueron abandonados, ya que no se les ofreció ningún material sanitario para su protección ni cubrebocas ni alcohol en gel que pudiera ayudarles a desinfectar sus manos; además de que fueron hacinados en albergues, de manera que si venía algún migrante contagiado se empezó a esparcir el virus: «Ahí también el Gobierno mexicano dejó desamparada a la sociedad civil, que en muchas ocasiones son los titulares de los albergues, entonces no brindaban como las herramientas y el personal ni apoyo económico ni ningún otro apoyo para que ellos pudieran hacer pruebas o para que pudieran tener filtros sanitarios de mejor calidad», lamentó la especialista en derechos humanos y migración internacional. 

Conviene cambiar óptica migratoria

La experta comenta que los migrantes no solo tienen la intención de atravesar México para llegar a Estados Unidos, sino que también desean quedarse en nuestra nación y realizar un plan de vida integral, por lo que México tiene mucho trabajo por hacer en esta materia.

Además, entre los beneficios de acoger a migrantes destacan que México tenga más capital económico, más trabajo y más multiculturalidad. Esto último también hace muchísima falta, pues considera que México es una sociedad muy intolerante, que necesita dar espacio y abrigar toda la riqueza cultural y fuerza de los migrantes.

México también cerró fronteras

Otra situación se ha dado en la frontera sur, donde los albergues también comenzaron a cerrar, y se limitó el ingreso a las personas en alrededor del 70 por ciento de los migrantes y refugiados, por lo que muchos de ellos estaban situados en la calle.

Asimismo, fueron cerradas las fronteras y los pasos seguros a los migrantes. «Las personas que ya iban a migrar siguieron migrando, pero por puntos más peligrosos, donde posiblemente se pudieron haber convertido en víctimas del crimen organizado, en las fronteras de los estados del sur», dijo, lamentando además que tampoco en estas fronteras hubiera campañas o pruebas para detectar COVID-19, y lo que también ocurrió fue que al detener la migración se retuvo el mayor flujo de migrantes en las estaciones migratorias, haciendo al estado responsable del hacinamiento de personas en esos lugares, en medio de la pandemia.

Activismo digital ante las condiciones

Por un lado, México promovía la sana distancia; por otro estaba llenando estaciones migratorias, con cero protección y cero revisión sanitaria, subraya la especialista en migración internacional por el Colegio de la Frontera Norte (Colef).

No hubo la detección de población en riesgo que pudiera ser protegida del coronavirus, comentó: «En estas estaciones migratorias no se contaba con la separación de la sana distancia, aparte dormían en una habitación con otras 25 personas. Entonces ¡imagínate! Sin gel antibacterial, sin agua, sin aditamentos sanitarios». 

Debido a esto, MidesDH y otras organizaciones civiles lanzaron campañas en Internet en sitios como change.org solicitando la liberación inmediata de los migrantes en las estaciones migratorias, exigiendo el respeto a los derechos humanos de los migrantes y su protección.

Lograron que el estado pudiera sacar a la población migrante, pero sin respetar sus derechos, pues comenta que no se les dio acceso al reconocimiento de sus derechos y al procedimiento de condición de refugiados, porque se les estaba deportando de manera muy rápida, los migrantes eran puestos en las fronteras así, sin más: «Uno de los principales derechos de los refugiados es el principio de no devolución, el cual consiste en que a los refugiados no se les debe regresar a su país, ya que está la presunción de que su vida puede correr riesgo. El estado mexicano ha firmado los acuerdos internacionales al respecto, entonces México no debería deportarlos, pero lo hizo», declaró.

Rechazo a migrantes ahora es mayor

Además de esto, la defensora de los derechos de los migrantes declaró que ellos ahora viven mayor discriminación y que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el contexto de la pandemia, los migrantes corren el riesgo de ser vistos como portadores del coronavirus, aunque no lo sean, y por el simple hecho de ser migrantes tener dificultades con el acceso a ser apoyados o a conseguir agua y alimentos, por ejemplo. 

Valdés Herrera cree que lo que México debió hacer fue liberarlos de inmediato, además de darles acceso al procedimiento de refugio, pero no lo hizo, porque faltó escuchar las opiniones de los expertos y porque en situaciones como esta la política migratoria es imitar a Estados Unidos, por lo cual lamenta que no se pueda medir el impacto de estas decisiones, ya que ahora no es posible hacer estudios, pues no hay personas a las que les interese el problema en este momento de pandemia. 

Mejorar la atención a niños migrantes

Gracias a su amplia experiencia en temas migratorios, Valdés Herrera observa múltiples deficiencias en las políticas migratorias de México, por ejemplo la armonización de la Ley General de Migración respecto a la Ley de Niños y Niñas Migrantes, ya que esta ley, promovida desde el 2014, y su reglamento formulado en 2015, en el artículo tercero, señala que ninguna niña, niño o adolescente puede estar encerrado en una estación migratoria; sin embargo, esto es algo que se presenta hasta nuestros días, incluso durante la pandemia: «Es muy triste entrar a estaciones migratorias y ver a los niños, niñas y adolescentes encerrados, aislados y también separados de sus familias, donde no tienen información clara, donde es tanta la urgencia de México por deportarlos que no les platica bien los procedimientos a los que pueden acceder ni los derechos que tienen en territorio nacional», recalcó. 

Comentó que no solo la población infantil y adolescente sufre en las estaciones migratorias, pues la misma suerte corre la población LGBT+ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y más), las mujeres y los hombres migrantes, porque es importante destacar que ya no son solo hombres solteros los que migran, pues actualmente el setenta y uno por ciento de las solicitudes de protección internacional es encabezado por mujeres, sumándose a este porcentaje las solicitudes de menores de edad, afirmó. 

Situación extrema de niñas migrantes

La experta comentó que si los niños y las niñas migrantes no son detectados por el Instituto Nacional de Migración, cruzan el territorio nacional prácticamente solos, y lamentablemente serán víctimas de algún delito en su tránsito.

Relató que a través de la organización MidesDH han entrevistado a varios niños y niñas que dan cuenta de esta situación trágica, tal es el caso de que las niñas migrantes se mediquen con anticonceptivos, porque asumen que van a ser violadas en su tránsito por el territorio nacional: «Ahí podemos imaginar qué tan fuerte es su situación en su país de origen como para que estén preparadas para ser vulneradas en su camino; es decir, ya quedarse allá no es una opción, y prefieren arriesgarse, tener todos esos riesgos», lamentó.

Niños migrantes repatriados regresan

Continuando con la exposición de la situación, Valdés Herrera dijo que si bien niñas, niños y adolescentes migrantes pueden pedir protección internacional para quedarse en México gracias al programa Quédate en México, la lista de solicitantes desde antes de la pandemia es enorme, por lo que el panorama general es desolador, y los niños suelen ser deportados, incluso los menores repatriados pueden llegar a sufrir desamparo en su país de origen, ya que la intención de que niñas, niños y adolescentes migren es en muchos casos reunirse con sus familiares en Estados Unidos, de manera que tienen pocos o ningún familiar que pueda hacerse cargo de ellos en sus patrias originarias, por lo que se convierten en migrantes de circuito; es decir, que reinciden en la migración, y son reconocidos por esto. 

Tomar en cuenta a sociedad civil

Ante esta situación, Valdés Herrera critica que no haya programas de apoyo suficientes y que los protocolos actuales se queden a nivel federal y no aterricen en lo local; es decir, en las comunidades muchas veces rurales donde se quedan los migrantes.

Según su opinión, el Gobierno actual debe formar alianzas con organismos independientes y de la sociedad civil, donde tienen a expertos que reconocen el problema y saben también cómo solucionarlo, y además son contrapartes gubernamentales importantes que fortalecen la visión política y la democracia. 

Para la especialista, en vez de cerrar las fronteras, México debería aprovecharse de la inversión extranjera y privada que ya hay, principalmente de las agencias de cooperación internacional y especialistas en tema migratorio para solventar la crisis migratoria y diseñar programas de prevención para prepararse en los próximos flujos, pues observa que, si bien hay preocupación en operar la actual crisis, no se está pensando en lo que viene, ante el problema de la pandemia y el posible aumento de los flujos migratorios.

Protestas: Cuatro amotinamientos

De acuerdo con María Fernanda Valdés Herrera, este año hubo cuatro motines en estaciones migratoria debido a las condiciones de insalubridad e incertidumbre en esos lugares.

El primero fue el 23 de marzo, donde al menos cincuenta migrantes que se manifestaban en la Estación Migratoria Siglo XXI, en Tapachula, Chiapas, fueron reprimidos por la Policía Federal y la Guardia Nacional usando mangueras de agua, gas lacrimógeno y abuso de la fuerza por parte de la Guardia Nacional.

El 29 de marzo se registró una manifestación al interior del centro de detención migratoria ubicado en Villahermosa, Tabasco, por los mismos motivos. 

El 31 de marzo hubo otra protesta en Tenosique, nuevamente a causa de las malas condiciones y la incertidumbre en que el INM mantiene a las personas en detención migratoria. Un hombre de origen guatemalteco murió, y por lo menos catorce personas fueron heridas. 

Por último, el 2 de abril del 2020, se dio un motín de migrantes en Sonora ante el temor contagiarse.

Llamado

Recientemente, el Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas llamó a las autoridades migratorias a permitir la entrada a las estaciones migratorias a asociaciones protectoras de los derechos de los migrantes. 

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