El mensaje es claro y se advierte en el mostrador en un cartel: «Prohibido hablar del coronavirus». En un pequeño bar y cafetería de Roma, la dueña decidió ofrecer «serenidad» a sus clientes impidiéndoles abordar ese tema omnipresente y angustioso.
“Llevamos meses hablando de lo mismo, por eso hemos optado por calmar el ambiente y enfrentar la situación con una sonrisa y un poco de serenidad y ligereza», explicó Cristina Mattioli, gerente de Feeling, quien ideó la iniciativa.
Para ayudar a sus clientes, Cristina instaló otro cartel con sugerencias: «Ideas para temas de conversación: noticias, vida de personajes famosos, historia, conocimientos generales».
Con información de Excélsior.